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Música

Hablamos con Rocío Márquez sobre flamenco y pureza en los tiempos de la globalización

Y estrenamos su nuevo tema, 'Luz de luna'.
Rocío Márquez
Fotografía cortesía de Universal Music

A Rocío Márquez le preguntas sobre su nuevo disco y cita a Marx y a Engels, y le hablas sobre su generación dentro del cante y lo hila con la globalización. Es artista pero también es investigadora, se subió por primera vez a un escenario con 9 años en la Peña Flamenca de Huelva y quizá por eso para ella vida, filosofía y cante parecen una y la misma cosa.

Su quinto y último disco, Visto en El Jueves, es un ejercicio de memoria y recuerdo en tiempos de prisa, de olvido y consumo rápido. Estrenamos en exclusiva el primer vídeo de este trabajo, "Luz de luna", y hablamos con ella sobre tradición e identidad, sobre la necesidad de recordar y sobre por qué algunos la acusan, a modo de arma arrojadiza, de politizar el cante y "ver machistas por todas partes".

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VICE: Hola, Rocío. Hoy estrenas el vídeo de "Luz de luna", uno de los singles de tu último disco. ¿Por qué elegiste este tema para incluirlo en el disco? ¿Qué representa para ti?
Rocío Márquez: Hace cinco años fue la primera vez que coincidí en un escenario con Canito en un espectáculo de Leonor Leal llamado "Naranja amarga", en el Festival de Jerez. Y fue un flechazo artístico. Realmente sentí que tenía que hacer algo con él, un proyecto discográfico o un espectáculo porque me generó emociones muy fuertes. El tema que preparamos fue "Luz de luna", así que ese ha sido el pistoletazo de salida de este proyecto.

En el vídeo, producido por Vampire, se mezclan bodegones, efectos gráficos, cante, baile… ¿Por qué escogiste estos visuales, este contraste para "Luz de luna"?
Con el videoclip estoy feliz porque creo que resume la intención y la estética del disco. Esa manera de combinar lo tradicional con un mundo más actual, esos bodegones con la posproducción que tiene el film. El hecho de que Canito, Rubén y yo estemos dialogando permanentemente crea una línea estética muy definida a lo largo de toda la pieza. Así que agradecidísima a Vampire porque han sabido llevar a imágenes la intención que hay en lo musical.

Al hilo de este vídeo, que mezcla lo tradicional y lo contemporáneo, ¿en qué momento se encuentra el flamenco en nuestro país? Parece haber un debate encendido alrededor sobre si al final el estilo se debate entre la tradición y el perder la identidad, la "pureza".
El debate actual dentro del flamenco a mí me parece una prueba de la buena salud que ahora mismo goza. Es maravilloso que ahora mismo convivan distintas líneas dentro del cante, una más tradicional con otra más contemporánea. Es una manera de ampliar los colores que tiene el género y permitir su máxima diversidad.

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Siguiendo con esto, a Camarón ya le acusaban de estar perdiendo pureza cuando se vino a Madrid. ¿Existe o puede existir una pureza en la música en general y en el flamenco en particular?
Cada uno tiene su propia definición de pureza. Cada uno tiene su verdad. Para mí la pureza es la coherencia entre lo que es un artista y lo que expresa en su obra. No se puede vender lo que no se tiene. No tiene sentido continuar un discurso que para uno mismo no está vivo. Y por otra parte, el flamenco nace de la mezcolanza de distintas culturas, por lo que parece, no sólo posible sino necesario para la evolución del mismo que siga en contacto con su tiempo.

En Visto en El Jueves, tu último disco, propones un ejercicio de memoria, yuxtaponer memorias vivas, rememorar cantes, palos, música popular…
Hemos jugado con la idea de reutilización de materiales antiguos pero no hemos tenido una intención historicista. Nuestra memoria es siempre colectiva, cuando recordamos algo pocas veces es un recuerdo que sea de una sola persona, por eso queremos llevar esa idea de la memoria y el recuerdo a una cosa más colectiva. Seguro que hay canciones que en el disco a muchas otras personas le recuerdan otros momentos de su vida. Porque recordar es volver a pasar por el corazón.

En el tiempo líquido en el que vivimos, en el que todo pasa muy rápido, en el que hay que engancharse a las tendencias para no quedarse atrás, en el que el consumo es cada vez más rápido y las cosas caducan cada vez más rápido, ¿por qué reivindicar el recuerdo, el pararse a hacer memoria y reflexionar?
Este gesto que hacemos es también una reivindicación del "pararse a escuchar". Vivimos en un mundo en el que hay que estar dando noticias cada 5 minutos. Las redes sociales nos están atrofiando la capacidad de atención. Queremos que en este disco haya tiempo para apreciar los matices. La música que hemos hecho Canito y yo está llena de matices sutiles. Ha sido un ejercicio de conectar esos arreglos con tonos y melodías que nos sigan conectando con las versiones antiguas. Más que reinterpretaciones, lo vemos como pequeños homenajes, actualizaciones que nos hemos permitido hacer con cosas que nos pertenecen a nuestro imaginario común, el mío y el de las personas a las que canto. Marx y Engels decían que "solo se puede construir lo nuevo a partir de lo que está latente dentro de lo que ya existe". Es algo que en el flamenco se hace constantemente y lo que hemos querido hacer es dejarlo claro desde el principio.

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Todos los temas que componen este disco tienen un nexo, que le da titulo: el mercadillo de antigüedades de El Jueves, en Sevilla. Háblanos de él, para los que no lo conocemos, y cuéntanos por qué lo elegiste como metáfora
El Jueves, como bien dices, es un mercadillo de una zona céntrica de Sevilla. En él se encuentran objetos maravillosos de segunda mano. Entre otros, casetes y vinilos antiguos. El repertorio del disco es una selección de mis temas/cantes favoritos. Con este disco he aprendido mucho también de la cultura visual de mis compañeros de equipo. Ahora que hay que tener en cuenta todo en la carrera de un artista este acercamiento a la reutilización me ha conectado con las propuestas visuales de Manuel León y de Celia Macías. Y también con el trabajo del diseñador Ricardo Barquín, que ha trasladado todo esto a recuperar letras de imprentas antiguas y procesadas por lo digital. Pedro Jiménez ha redondeado conceptualmente todo el trabajo. Esta idea de ir contra la velocidad que nos rodea también me conecta con algo que cada vez me va preocupando más: la contaminación y cómo nos estamos cargando el mundo. La reutilización y el reciclaje son propuestas para estar frente a todo eso así que de alguna forma también es algo que hemos tenido en cuenta como idea en el disco.

El bonus track del disco, con Kiko Veneno, es una versión de Aceituneros, de Miguel Hernández. ¿Elegiste versionarlo en alguna medida como ejercicio de reivindicación de la memoria histórica?
"Andaluces de Jaén" surge como idea a partir de una actuación que tuvimos en el Auditorio Nacional de Música hace un de año, en la que yo le pedí a Kiko que acudiera como artista invitado y él aceptó. Buscando en la memoria de cada uno de nosotros factores comunes, canciones en las que ambos nos sintiéramos plenamente identificados, llegamos a Paco Ibáñez, Jarcha y Miguel Hernández. Y llegamos a esta joyita. Me daba mucha pena dejarla en un directo y que no quedara grabada. Así que aprovechando que cuadraba con esa idea de versionar y mirar hacia atrás y hacia delante pues decidimos incluirla como bonus track.

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Para los que no somos de allí es muy fácil o bien caer en clichés o bien pensar en Andalucía de una manera muy lorquiana, como si el tiempo se hubiera parado allí. Tú eres de Huelva. ¿Qué es ser andaluz en 2019?
Para mí Andalucía es como el flamenco y el flamenco es como Andalucía. Existe una vertiente llena de encanto y lorquiana que convive con otra tierra actual, que tiene ganas de innovar, de reinventarse desde sus raíces pero permitiéndose mirar al futuro.

Hace muy poco, el crítico Manuel Bohorquez te dedicó una pieza bastante desafortunada en la que decía que veías machistas por todas partes y que politizabas el cante entre otras cosas. ¿Alguna vez te has planteado dejar de lado ciertas reivindicaciones por este tipo de ataques?
Si hay algo de lo que me siento orgullosa es de ser una artista comprometida y demostrarlo así en letras, en proyectos y en acciones. Y entiendo que siendo así la reacción que se provoca hay veces que es intensa como en este caso. Pero lo acepto. De hecho lo veo necesario, me parece lo lógico. Por supuesto esto no va a hacer en ningún caso que yo cambie mi manera de luchar por visibilizar los problemas.

En tu tesis, "La técnica vocal del flamenco", investigaste cómo afecta la menstruación al cante. ¿Por qué elegiste este tema y qué averiguaste? ¿Cuáles fueron las dificultades de tu investigación?
En mi tesis, lo que yo planteaba es que todos tenemos un timbre diferente, pero en función de cómo utilizamos los distintos resonadores, los colores que podemos conseguir son bastante amplios. Uno de los capítulos trata de la menstruación porque me parece que es un tema del que se habla bastante poco y que es necesario. El conocerse es importantísimo. El saber cómo está tu cuerpo, cómo va a reaccionar. Cómo puedes facilitarle para que sea lo más cómodo posible no sólo el cante sino la convivencia con el mismo cuerpo. Yo a partir de un libro de Erika Irusta que se llama Diario de un cuerpo empecé a tomar conciencia de todo esto y decidí hacer un diario apuntando cada día las sensaciones que tenía con respecto a este tema. La sorpresa fue —aunque bueno, ya lo preveía— que se convertía en una secuencia de días cíclica y que en función de la fase en la que me encontraba así podía disponer de mi voz de una forma u otra. Entonces mi intención con este capítulo era la de facilitar a las compañeras cantaoras la conexión con este tema e impulsarlas hacia el autoconocimiento. Ese camino que me había abierto Erika poder abrírselo yo a otras mujeres. Yo hubiera agradecido muchísimo que en mi adolescencia, cuando todavía estaba encontrándome, me hubieran dicho qué pasa en cada una de esas fases. Porque quizás hubiera forzado mucho menos, hubiera sido más comprensiva, durante algunos días hubiera bajado un poco la cejilla… y todas esas cosas que he ido aprendiendo con la edad. Si mi experiencia puede servir a otras compañeras la doy por bien empleada.

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Supongo que es la eterna pregunta, pero ¿qué debe cambiar aún en cuanto al género y a la discriminación por género en la industria musical?
Pues mucho en lo estructural, por supuesto. Esta vez me gustaría poner el foco en algo muy concreto: los referentes. La importancia de tener mujeres visibles en el mundo de la música, y no solo como artistas solistas, sino también como instrumentistas, técnicas, managers, productoras,… puede ayudar a que chicas jóvenes que tengan la vocación se permitan adentrarse en este mundo sin pedir permiso.

Te subiste por primera vez a un escenario siendo una niña, a los 10 años. ¿Qué le diría la Rocío Márquez de ahora a esa niña?
Que disfrute de cada etapa. Que no tenga miedo a equivocarse porque es necesario para aprender y que tenga como prioridad ser feliz.

Naciste en el 85. ¿Qué le ha aportado tu generación al flamenco y, al contrario, qué ha aportado el flamenco a tu generación? Parece que el público más joven empieza a acercarse a él de manera más interesada que generaciones anteriores, quizá más pendientes de los sonidos que venían de fuera que de lo que se hacía aquí.
Yo pienso que en mi generación, incluso si me aprietas en la que viene detrás, la de los veintitantos —yo tengo treinta y tantos— ya hemos sido fruto de la globalización, de las nuevas tecnologías, de tener acceso permanente a toda la información a través de internet. Y eso claro que ha condicionado mucho el flamenco que hacemos, porque no puede ser de otra manera, porque es lo lógico siendo coherente con el tiempo en el que vivimos. Me parece que todas las consecuencias de esa situación es lo que hemos podido aportar al flamenco. Y lo que el flamenco nos ha aportado a nosotros es la necesidad de estar conectados con la tierra.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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