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Obteniendo la ventaja: la orinoterapia de Yoshizo Machida

No hay mucha tecnología involucrada. Tan pronto como te despiertas, tomas un vaso, desatas un chorro en el inodoro (para limpiar las tuberías), entonces lo detienes y terminas de llenar tu vaso.

Orina por Nick The Tooth. Arte por Kevin Ancell. (Locación: oficina principal de RVCA)

Un atleta profesional pasa el 97.92% de las horas que está despierto tratando de superar a su competencia: entrenando, comiendo, descansando, viendo videos, tomando suplementos, escuchando pláticas motivadoras, incluso en sexo —todo manipulado para buscar la más mínima ventaja. “Obteniendo la ventaja” es cuando analizamos la última tendencia en los métodos, equipos y suplementos para mejorar el rendimiento. El punto: la batalla nunca termina.

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Para la reseña de esta semana de “Obteniendo la Ventaja”, en honor al UFC 175 y la mega pelea de Machida contra Weidman del sábado —cada mañana de esta semana me levanté de la cama y tomé mi propia orina… ¡por el sabio consejo del Maestro Yoshizo Machida!

La tecnología

No hay mucha tecnología involucrada. Tan pronto como te despiertas, tomas un vaso, desatas un chorro en el inodoro (para limpiar las tuberías), entonces lo detienes y terminas de llenar tu vaso. Ahora bien, para variar la rutina utilicé diferentes recipientes: un vaso de vidrio, un vaso de plástico, un vaso de plata. Pero mi favorito fue la copa de vino. No por la ironía, sino porque así podía tomarlo por el cuello y no sentir la orina caliente que estaba a punto de tragarme.

"Bebe el agua de tu misma cisterna, el agua que fluye de tu propio pozo".

—Proverbios 5:15.

Según mi investigación, la orinoterapia se remonta a los albores de la civilización. Los textos antiguos sánscritos, al igual que los papiros griegos, abogaban por beber orina. Pero esto no solo es un anticuado tratamiento de aceite de serpiente. Pensándolo bien, tal vez sí lo es. De cualquier manera, la práctica sigue siendo un furor. Tan solo pregúntale al boxeador Juan Manuel Márquez, que traga su orina durante el campamento de entrenamiento. O a Lyoto Machida. O los aproximadamente tres millones de chinos que lo hacen cada mañana.

La verdad es que no hay mucho desecho en la orina. Bajo el microscopio encontraremos: 95% de agua, 2,5% de urea y un cóctel mágico de 2,5% de sal, minerales, aminoácidos, enzimas y hormonas. Al contrario de lo que se escucha en las calles, esta descarga no es tóxica. Al menos no en moderación.

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El Maestro Yoshizo Machida.

En 1992 un terremoto atrapó a una familia egipcia debajo de su casa derrumbada. Durante ochenta y dos horas esperaron a ser rescatados. Muriendo de sed, literalmente, el marido le rogó a su esposa e hijas a participar. Pero ellas no lo hicieron. Él lo hizo directamente de la llave. Ellas murieron, él vivió. Moraleja de la historia: cuando los niveles del mar se eleven y los plebeyos se amotinen por el agua, empieza a beber tu orina.

Son numerosas las supuestas razones para iniciar este camino: la cura para el cáncer, antibiótico natural, la claridad mental.

No encontré estudios para respaldar cualquiera de estas aseveraciones. Pero lo que me pareció interesante fueron las afirmaciones de los yoguis de la India sobre que la orinoterapia realza la meditación. Lo cual tiene sentido. Mientras usted duerme, la glándula pineal –la ubicación mítica del 'tercer ojo'– segrega melatonina, que seda e intensifica los sueños. Es por eso que la primera orina de la mañana –o como me gusta pensar en ello–, la 'orina mágica', contiene la mayor concentración de elixir del sueño de la noche anterior. Así que recíclalo y tu meditación de la mañana debería proyectarte astralmente a los reinos externos.

Quién sabe, tal vez realmente levites.

El régimen

La Experiencia

Aceptémoslo, esta es la pregunta de oro: Amigo, ¿cómo fue?

De pie en la cocina, levantas la copa llena del mostrador tratando de no derramar. No es el vidrio caliente en los dedos lo que te llega, es el hedor. No importa lo que comas o bebas la noche anterior, siempre está ese olor amargo punzante. Pero te comprometiste a una semana entera de esto. Así que levantas el borde hacia tus labios, tragas —dos veces, tres veces, ya estás a mitad de camino.

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Haciendo una pausa para tomar aliento, notas un aceite graso que cubre tu lengua y dientes. Incluso el paladar. No me lo esperaba. Dos tragos más, esta vez pellizcando tu nariz, y acabaste.

Entonces esperas un hormigueo por todo el cuerpo o la sensación mágica.

Pero nunca llega.

En el primer día, luego de una hora, hice un poco de yoga y luego me senté bajo un árbol a meditar. Digo, si voy a beber orina quiero aprovechar al máximo los beneficios. Pero después de unos minutos me quedé dormido, así que no estoy seguro si fue la melatonina, o quién sabe, tal vez incluso levité. *** Nota mental: configurar la cámara durante la próxima meditación.

Legaron los días dos, tres, cuatro y cinco, la tarea nunca se hizo más fácil. Lo peor fue que el regusto persistente arruinó mi café.

Uno de los muchos beneficios de beber tu orina

Veredicto

El jurado aún está deliberando.

Mientras entrevistaba a Yoshizo para mi última columna (El Mentor y el Mito: Yoshizo y Lyoto Machida), el embaucador me dijo que pasarían seis meses antes de recibir los beneficios de este régimen.

Bueno, eso no va a suceder. No a este Padawan.

Para terminar, digo que todos deberían beber su orina al menos una vez. Piensa en ello como la preparación ante un probable desastre. No esperes hasta que tu casa se ​​derrumbe para averiguar si eres un sobreviviente: acaba con este artículo, dirígete al baño y demuéstrate a ti mismo que estás listo.

Puntos extra si la bebes de la llave.

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