FYI.

This story is over 5 years old.

Sexo

Carta de una trabajadora sexual a la esposa de un cliente

A pesar de lo que pienses de mí, soy profesional, discreta y soy el ingrediente secreto en un gran número de matrimonios exitosos.
Ilustración: Matt Rota | VICE

Querida esposa,

No te conozco pero sé que probablemente tu esposo te engaña con una servidora sexual. Lo sé porque soy una de ellas y no estoy precisamente corta de clientes.

Dirás que tu esposo no sería capaz de hacerlo. ¡Él no! Otros esposos tal vez lo hagan, pero la relación y la vida sexual que tú y él tienen es diferente. Hace diez años, en la universidad, hicieron un trío con su compañera de cuarto. Todos los años contratan a una niñera y se escapan a Las Vegas. Nunca se pierden los maratones de La ley y el Orden. ¡Su matrimonio es excelente!

Publicidad

Déjame hacerte una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron sexo tres veces por semana? ¿Y cuándo fue la última vez que tu esposo se quejó por eso? ¿No crees que sea posible que haya decidido remover el problema de tus manos y ponerlo en las mías?

Si cree sentir algo por mí, seguro lo olvidará en dos semanas como cualquier otro capricho.

La buena noticia es que si tu esposo es mi cliente, entonces significa que quiere seguir casado contigo. Está tratando de conseguir un poco de cariño falso de la manera menos problemática. Imagínate si en vez de ir conmigo, lo hiciera con tu niñera, tu vecina o tu mejor amiga. Podría seguir, pero creo que ya entendiste el punto.

Soy una profesional. Soy discreta, aunque hay algo más valioso que mi discreción: mi tiempo, mi atención y mi sexualidad se miden por horas, es decir, cuando el tiempo termina, él es todo tuyo. Y lo más importante: no amo a tu esposo y jamás lo haré. No creo que mi afecto por él sea mayor al afecto que le tengo a mi mesero favorito.

Nunca voy a representar una amenaza para tu matrimonio porque cuando se termine el tiempo, no quiero tener nada que ver con ustedes dos. Nunca voy a salir a cenar con él, ni los voy a llamar a la media noche; tampoco voy a sugerir que se divorcien. Ni siquiera te vas a enterar de que existo. Y si llegas a enterarte, una de dos: es un estúpido o está molesto contigo.

Sí, algunos clientes se equivocan y se llenan de sentimientos pero son superficiales porque saben que lo que hacemos es falso. No creo que los plomeros adoren los inodoros, ¿tú sí?

Publicidad

Lea también:


Los hombres saben que el cariño que les brindo depende del dinero que ellos me dan a cambio. Él no piensa contarte sobre mí, salir corriendo, llegar al hotel donde me hospedo y gemir mi tierno nombre falso. Estoy fuera de su vida. Soy solo una trabajadora. Por más que le atraiga sexualmente, jamás va a invertirle tiempo a desarrollar sentimientos hacia mí.

Si por alguna razón las cosas "se complican", recuerda que este plan no falla: cuesto dinero.

En mi experiencia, los hombres no gastan más de lo que pueden en sexo. Si tu esposo necesita el servicio cada dos semanas y tiene tres millones de pesos para usar por fuera de los gastos del hogar, entonces buscará a alguien que cobre más o menos mi tarifa. Aunque quiera más, no podrá pagarlo. Hay que ser muy insensato para cometer el tipo de locuras que terminan en: "Amor, tengo algo que decirte".

Si cree sentir algo por mí, seguro lo olvidará en dos semanas como cualquier otro capricho. Si de todas formas utiliza el dinero de su jubilación para comprar mi tiempo, entonces espero que lo dejes en la quiebra con el divorcio porque ese hombre no sabe administrar el dinero.

¿Y qué hay sobre las enfermedades? Contrario a lo que ves en las películas, es probable que la mayoría de las trabajadoras sexuales de hoy en día sean más saludables y conscientes que la secretaria cariñosa promedio. ¿Recuerdas lo que te dije acerca del poco afecto que siento por él? Pues también incluye su perfil epidemiológico. Tampoco tienes que preocuparte por los embarazos. La probabilidad de que quede embarazada en el trabajo es de 0% con una desviación estándar de: "Es Broma, ¿verdad?".

Entiendo que aún así no quieras que se acueste conmigo. Volveré a preguntar: ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron sexo tres veces en una semana?

No digo que satisfacerlo sea tu deber. Lo que quiero decir es que quizá ya no quieras tener sexo con él tan seguido. Estás ocupada, estresada o simplemente ya no te excita tanto. Lo entiendo, a mí tampoco me excita en lo absoluto.

Ése es el punto. Soy el ingrediente secreto en un gran número de matrimonios exitosos, porque cuando el acude a mí, los dos tienen la cantidad de sexo que quieren. Incluso podrían llegar a su aniversario número 50, siempre y cuando no revises su celular. De nada.

April Adams es el seudónimo de una trabajadora sexual que vive en Nueva York.