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Música

El hijo pequeño de Camarón hace rap y se llama Mancloy

"Dicen que tengo que cantar como mi padre, al final salí raper".
imagen vía Coke Céspedes 

En 1989, tres años antes de morir, Camarón escribe, como una profecía, Dicen de mí. "Dicen de mí/que me amenaza el tiempo/ Dicen de mí/ Ay, que si estoy vivo o muerto". Un año después nació el más pequeño de sus hijos, José Monge Junior, que le ha querido rendir homenaje con una colaboración a través del tiempo. En ella habla, precisamente, de lo que dicen de él. El tema arranca así: "Dicen que tengo que cantar como mi padre/ al final salí raper/ compares no me compares yo solo soy yo/ y Camarón el más grande".

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"El rap me ha gustado desde siempre. Desde chiquitito me he juntado con skaters y siempre he escuchado rap", me cuenta cuando le pregunto de dónde surgió la idea de hacer un tema y samplear a su padre. "Siempre me han molado 7 notas 7 colores, La Mala, El Chojín, Nach… ahora Dellafuente y Maka por ejemplo me gustan, lo hacen bien, aunque sé más de rap antiguo que de lo que se hace ahora", confiesa y se ríe. "Haciendo rap llevo poco, en verdad, 4 o 5 meses como mucho, así que poquito a poquito", añade. Coke Céspedes es el responsable de producir estos primeros temas.

"Ahora estoy preparando una canción muy diferente junto al Kinki. Este primer tema era para, digámoslo de alguna manera, llamar la atención de la gente. Ahora vamos a pasarnos a algo más normalizado, más similar a lo que se escucha, pero sin perder las raíces del hip hop y el flamenco", me cuenta José Monje Jr., aka Mancloy, que ha venido a Madrid para grabar su segundo videoclip. "Lo rodaremos en un skatepark porque a mí siempre me ha molado. Sin lujos, como el primero, será un vídeo en el que se vea calle", dice Mancloy.

"Lo conozco desde hace tiempo porque un día, de repente, apareció en la casa. Llegó con Omar Montes y un par de muchachos más, le comenté que me gustaba el rap y me dijo que él tenía algunas bases, así que nos pusimos a trabajar juntos", explica.

Cuando uno está frente a Mancloy es inevitable no pensar en la timidez de su padre, en su manera de sonreír y en la sencillez y la pureza con las que hablaba

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Aunque no le gusta que le comparen, cuando uno está frente a Mancloy es inevitable no pensar en la timidez de su padre, en su manera de sonreír y en la sencillez y la pureza con las que hablaba.

"Ser hijo de Camarón se lleva con mucho orgullo, pero también es una mochila muy grande, la verdad", dice Mancloy. "Pero bueno, poquito a poco vamos saliendo pa' lante. Compararme me comparan, pero qué le vamos a hacer. Las comparaciones son abismales, pero las críticas hay que aceptarlas como vienen, es así", concluye, y me cuenta que él cantaba de chiquitito, pero que un día "se calló".

"De repente dejé de hacerlo, me callé y hasta ahora", confiesa, y no quiere ahondar más en las razones que le llevaron "a callarse". Un día, simplemente, dejó de cantar. Hasta que a sus 27 años decidió volver a coger el micro y se puso a hacer rap.

"Ser hijo de Camarón se lleva con mucho orgullo, pero también es una mochila muy grande, la verdad"

"La idea es ir poco a poco. Ir sacando temas hasta que tengamos unos cuantos y nos planteemos grabar un disco. Ya veremos cómo hacemos, según vaya la cosa, si por nuestra cuenta o con alguna discográfica", concluye. "La idea de fichar por alguna discográfica grande me ilusiona, claro, pero pasito a pasito", dice.

Antes de despedirme de él, le pregunto si tiene recuerdos de su padre, que murió cuando él tenía poco más de un año. "La verdad es que no, yo era muy pequeño. Recuerdos no tengo, tengo lo que me han contado, lo que me han dicho", me cuenta.

Le digo que qué cree que pensaría de que su hijo fuera rapero, de este primer tema en el que ha sampleado uno de sus temas más icónicos y se queda callado. Unos segundos después responde "él estaría muy orgulloso. Pienso yo".