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Música

¡Hola! ¡Hasta siempre!

Foto de Ben Rayner

Al loro: Sleep fueron un banda doom hiperpesada que surgió en San José en los años 90. Al Cisneros, Matt Pike y Chris Hakius, tres parias, montaron Asbestos Death, un grupete que fue el germen de los, estos sí, apoteósicos Sleep. Cuando en 1992 publicaron Sleep’s Holy Mountain, todo quisque flipó pepinillos; Harmony Korine flipó tanto que decidió utilizar uno de los temas, “Dragonaut”, en la secuencia de apertura de su film Gummo. Tras esto, una discográfica grande le dio al grupo una suma de seis cifras que debían emplear en grabar un disco… un pelín más comercial. Sleep, olé sus huevos, se gastaron TODA la pasta en hierba y entregaron Jerusalem, un oscurantista, elefantiásico único tema de 75 minutos de duración. Aunque el espíritu de su música perviva en sus siguientes proyectos, Om (Cisneros y Hakius) y High On Fire (Pike), cualquiera que conozca la intrahistoria de su poco amistosa separación tendría por seguro que los tres no volverían a tocar juntos jamás. Fueron precisas la fuerza inefable del amor (el trío coincidió el año pasado en la boda de Al) y algunas hábiles maniobras de la gente de All Tomorrow’s Parties, pero sin esperarlo nadie se había puesto en marcha una de las reuniones más improbables de la historia del metal, y mira que hay. Tras dos noches en las que bordaron bolos devastadores en los que sonó casi todo el Holy Mountain y parte de Jerusalem, el grupo accedió a dedicarnos 10 minutos en su camerino; empapaos, herejes, de la preternatural sabiduría que desprenden sus palabras. Vice: ¿Qué habéis sentido al tocar estas canciones al cabo de tanto tiempo?
Matt Pike (guitarra): Ha sido muy emotivo. Ha transcurrido mucho tiempo desde la última vez. Ha sido una gran experiencia para los tres y para nuestros fans; para cualquiera que nos haya estado viendo esta noche. Sea como sea, a mí me ha llegado muy hondo. ¿Tenéis la impresión de tocar ahora los temas de Sleep con influencia de lo que habéis estado haciendo en los últimos años, u os habéis retrotraído mentalmente para tocarlos tal y como lo hacíais entonces?
Al Cisneros (bajo): En el primer ensayo que hicimos tras los años de separación, quise interpretar las canciones de Sleep tal y como lo haríamos de haberlas compuesto ahora, pero no funcionó. Tuve que echar la mente atrás, volver a ser quien era en 1992, y la verdad es que me costó bastante.
Chris Hakius (batería): El cuerpo tiene su propia forma de recordar lo que ya ha hecho con anterioridad. Los músculos y las neuronas recuerdan los viejos métodos.
Al: El resto simplemente sucedió. ¿Y qué hay del equipo? ¿Recuperásteis el de los viejos tiempos?
Matt: He utilizado la guitarra de nueve cuerdas que toco en High On Fire, pero también nuestro viejo ampli Orange Matamp. No hay comparación posible, es como contar manzanas y naranjas.
Al: Y luego está la afinación, que en Sleep era la de Tony Iommi. Hoy no ha sido exactamente la misma, pero se le ha acercado. Desde el principio dijísteis que esta reunión duraría dos conciertos y basta, pero, ¿no hay ninguna posibilidad de que repitáis en un futuro? Algún concierto esporádico…
Matt: Escucharemos cualquier cosa que el universo nos diga que hagamos.
Al: Hablamos de ello en agosto, durante mi boda, cuando los tres nos encontramos por primera vez en largo tiempo. A los tres nos interesaba la idea, estuvimos de acuerdo en hacerlo y, al cabo de una semana, nos pusimos en marcha. La sensación fue, “Guau, ¡realmente estamos reuniendo a Sleep!” El asunto nació bendito desde el principio.
Chris: Nos dio la impresión de que era el momento adecuado. Y, como Matt dice, cuando el universo habla nosotros escuchamos.