Unos superfans de Rihanna han hecho un musical sobre su vida
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Identidad

Unos superfans de Rihanna han hecho un musical sobre su vida

Hablamos con el director y con el reparto de “Good Girl Gone Bad”, una obra no autorizada sobre la vida de Rihanna que cuenta la historia de su vida mediante una mezcla de sus canciones y fragmentos de sus entrevistas.

Los miembros del público que entraban en el pequeño teatro del Centro de Arte HERE del Soho recibían chupitos mientras sonaba hip-hop y Jay Z gritaba con un micrófono. El escenario estaba iluminado con luces de colores y una máquina de humo repartía una espesa niebla por la sala. Estábamos ahí para ver un concierto de Rihanna, esperando pacientemente a que HOV nos la trajera. Sin embargo, Jay Z no era en realidad Jay Z, y Rihanna no se encontraba en ningún lugar siquiera cercano al edificio.

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Simplemente algunos de los mayores fans de la cantante se habían reunido para producir e interpretar un musical sobre su vida, Good Girl Gone Bad, que pretende contar la historia de la estrella del pop llevando a escena sus éxitos, desde Music of the Sun hasta Anti. En realidad es más como un concierto con diálogo; el guionista y director de la obra, Alex Tobey, lo denomina "bioconcierto".

"Ante todo, soy superfan de Rihanna. Adoro a Rihanna, siempre me ha encantado", me dijo Tobey cuando hablé con él durante uno de los ensayos de la obra, unos días antes de la noche de estreno. "Y también lo que más me gusta de Rihanna es que lleva desde siempre aquí. Tiene menos de 30 años y ya cuenta con una carrera de más de diez años. Solo párate a pensar en todos los cambios, en cómo ha transitado sin fisuras de un estilo al siguiente, de un álbum a otro. Ha abarcado muchos estilos. Es una artista tremendamente diversa y constantemente se está reinventando a sí misma".

Es cierto, y cuando me enteré por primera vez de que iban a hacer todo esto me pareció fascinante: parece correcto rendir homenaje a Rihanna con un musical. Sinceramente, merece ser honrada de todas las formas posibles. Esta estrella es a la vez una musa de la moda, una cantante de talento que inspira más artículos de opinión de lo normal, una prolífica fumadora de marihuana y protagonista de numerosos romances. Todo el mundo quiere saber qué sucede en su vida, pero nadie lo ha logrado con éxito. Un reciente perfil de la bad gal publicado en Vogue pasa una ingente cantidad de tiempo hablando sobre cómo consigue ponerse en forma, probablemente porque no consiguieron descubrir nada más. De forma similar, el perfil de Rihanna que escribió Miranda July en el New York Times trata sobre todo acerca de Miranda July y un taxista.

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Pero la visión que tiene Tobey de la vida de Rihanna se basa en el hecho de que ya se nos han ofrecido todos los detalles. El bioconcierto repasa una selección de sus canciones por orden cronológico e incluye fragmentos de diálogo extraídos de las entrevistas que ha concedido Rihanna. En determinados momentos deseé que hubiera una perspectiva más externa. Mis obsesionados con la cultura popular favoritos siempre tienen teorías que están encantados de compartir. Por desgracia, las teorías conspirativas o la fanfic de Drake no pueden aplicarse aquí, aunque aprecio la decisión de Tobey como hombre blanco de no imponer una narrativa externa a la historia de una mujer negra.

El espectáculo de 45 minutos de duración empieza con Jay Z (interpretado por un actor llamado Roger Casey) presentando a Rihanna (Nicolette Stephanie Templier), una nueva cara recién venida de Barbados. Canta "Pon de Replay" en tono vacilante llevando una sudadera corta con capucha y unos pantalones excesivamente grandes (hay 20 cambios de vestuario que también cuentan la historia de la evolución de RiRi). Entonces Jay Z la interroga: ¿Quién es Rihanna?, le pregunta, extrayendo esta línea de la tristemente famosa entrevista con Oprah. Estamos en 2006 y Rihanna no lo sabe demasiado bien. Por consiguiente, el resto de la producción se centra en que Rihanna llegue a conseguir una respuesta a esa pregunta conforme se desarrollan los acontecimientos de su vida. Estamos en 2007, 2008. Adquiere más confianza y toma el control: se corta el pelo y se lo tiñe de negro para el álbum que da título al musical. Viste de cuero. Canta "Umbrella" mientras Jay Z la acompaña rapeando. Ambos se lanzan a interpretar "Disturbia", pero entonces Jay Z ya no es Jay Z, es otra persona. Rihanna intenta cantar el tema sola, pero el hombre le arrebata el micrófono. Ella intenta huir.

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Este es el punto de la obra en que Jay Z se convierte en algo así como una amalgama, que Tobey considera como "la mirada masculina" en general. La cosa se vuelve un poco confusa: a partir de aquí Casey interpreta una mezcla de Jay, Chris Brown, Eminem, Kanye West y Drake (su encarnación de Eminem es la mejor). Ahora es Brown y empuja a Rihanna tirándola al suelo. La obra se va volviendo progresivamente más oscura, a tono con los eventos de su vida. Un día Rihanna era simplemente una estrella del pop procedente de Barbados y después se convirtió en alguien que soportó de un modo muy público tanto la violencia doméstica como la reacción de todo el mundo ante el abuso. En Good Girl Gone Bad, este es el clímax de la historia.

No es difícil imaginar las infinitas formas en que esto podría haber salido terriblemente mal. El éxito de la producción se debe en gran parte a Templier, que es una excelente cantante e imitadora de Rihanna. Cuando le pregunté cómo intentaba meterse dentro de la cabeza de la cantante, me dijo que no era difícil porque ella también había sufrido abusos domésticos. Según ella, encarnar a Rihanna ha sido muy terapéutico.

"Pasé por una relación de amor completamente destructiva cuando era joven, una relación que realmente me llevó al límite. Tuve que salir de ella para sobrevivir. Ahora mismo estoy en fase de recuperación y [Rihanna] ya está al otro lado", explicó. "Como mujer —y como mujer joven que ha intentado encarnar la 'imagen perfecta' que realmente no deseaba ser, que intenta encontrar su voz en este mar de otras voces que te dicen lo que deberías hacer— me sentí profundamente identificada.

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Nicolette Stephanie Templier durante el ensayo. Foto por Leah James

El hecho de que podamos proyectarnos en las estrellas del pop y tratar de entrar en la narrativa de sus vidas es probablemente su mayor atractivo. Pero historia personal de Templier convirtió un espectáculo del que no se esperan grandes dosis de profesionalismo en una muestra de genuina emoción y humanidad, que es lo mismo que decir que es una interpretación jodidamente buena de la vida y obra de Robin Fenty.

"Tuve que cavar más profundo y encontrar la fuerza que probablemente ella fue capaz de encontrar", dijo acerca de interpretar a la cantante. "Sé que es muy difícil seguir adelante con tu vida y actuar como si no hubiera pasado nada y como si no fueras una mujer cambiada. Pensé en cuando se levanta por las mañanas, ¿se dirá a sí misma que es guapa? ¿Se dirá que es importante? ¿Se dirá a sí misma Tú tienes esto frente al espejo y después saldrá a enfrentarse al mundo mientras la gente la critica? ¿Serán así sus mañanas? ¿Cómo más serán sus mañanas? ¿Cómo hago para levantarme de la cama?¿Cómo conseguí superar aquello?¿Cómo soy capaz de reír y bromear con la gente ahora?".

Le pregunté cómo. "Soy compositora, así que escribí un montón de canciones. Me metí en el estudio. Lloré hasta que me quedé sin lágrimas", contestó.

Good Girl Gone Bad da a entender que Rihanna hizo lo mismo. Explora sus canciones mostrando un respeto que no creo que se le ofrezca normalmente a la bad gal como compositora. "Love the Way You Lie" y "We Found Love" se convierten tanto en la exploración como en la defensa de su regreso con Brown después del abuso. "American Oxygen" se convierte en su lamento por no tener una vida en cierto modo normal. "Bitch Better Have My Money" se convierte en su ira y en su triunfo. Entre medio, hay un montón de números divertidos, incluyendo uno en el que se lanza un balón de playa al público.

Hacia el final, Casey vuelve a preguntar: ¿Quién es Rihanna? Presumiblemente a estas alturas ella ya conoce la respuesta.

Cuando la obra hubo terminado corrí hacia el baño como todos los demás. Mientras hacía cola, pregunté a una chica qué le había parecido. "Ahora tengo ganas de irme a casa a escuchar a Rihanna", me respondió.