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Fotos de Javier Ottone
Género

Historia de una Queen que quiere ser famosa

Lo abandonaron de bebé y creció en uno de los barrios más pobres de Buenos Aires. Hoy es una drag que va la televisión y firma autógrafos.

Artículo publicado por VICE Argentina

La Queen quiere ser famosa. Quiere que la saluden en la calle y no saber quién la saluda. Quiere que le saquen fotos. Que la aplaudan, que hablen de ella. Quiere aparecer, figurar, posar, bailar, cantar. Quiere fama. La Queen quiere todo y eso está bien, es un sueño válido. Algunos quieren ser médicos, otros abogados, otros pintores, otros no quieren ser nada. Ella quiere ser famosa y milita su causa: para La Queen, la fama se construye y se labura. “Esto de ser conocida es como un trabajo para mí al que le pongo todo mi tiempo ¿entendes papi?” Dice mientras se maquilla sentada en la mesa del living de su castillo: un tres ambientes que está en uno de los monoblocks de Fuerte Apache.

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La Queen es una drag que tiene apenas 21 años y en menos de seis meses se convirtió en una influencer marica que conquista corazones en las redes sociales y ahora también en los medios: salió en la tele, en el diario, en la web, en todos lados. Ahora va a formar parte de Sex, la nueva obra de José María Muscari que se estrena el mes que viene. Cuando le preguntaron al director por qué la llamó dijo: ““Me encanta que tenga una doble identidad. Me gusta el chico que hay detrás de La Queen y La Queen que está por delante del chico”.

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Pero ¿qué hizo esta drag para tener una especie de fama en tan poco tiempo? Hizo música: dos canciones, solo dos canciones. Ella dice que tiene más de 200, pero que todavía no tuvo tiempo de grabarlas. Sin embargo, con dos canciones y dos videos en YouTube fue suficiente para que todos —o todes— empezaran a hablar de ella.

VICE: ¿Por qué crees que lo que haces se volvió tan viral en tan poco tiempo?

La Queen: Porque la gente lo estaba pidiendo. Necesitaban un drag queen que haga música, que de día sea hombre y después sea diosa, mujer, amada, odiada, todo, nada. Se dio también porque yo lo necesitaba. La necesidad que tenía la gente que me escribía pidiéndome que haga lo que hago era la necesidad que tenía yo por ser una drag de Argentina haciendo música.

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¿Y sentís que ya te sigue mucha gente?

LQ: Me di cuenta de eso hace poco porque subí a Instagram una gorrita que me hizo mi mamá y a la hora tenía 500 pedidos de gente que quería comprarle gorritas a ella. Ahí dije, “ok, estoy manejando mucha gente”. Lo malo es que ahora me tengo que re cuidar de todo lo que digo porque me levantan en todos lados. Me encanta igual, amo, siempre quise ser conocida. Por suerte se está dando todo lo que quería, siempre desee tener fans, gente, fotos, me divierte la fama ¡hasta en el colectivo me paran para sacarme fotos! ¿Bueno, te gusta o no puto lo que estoy diciendo?

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Walter es tímido y cuando habla, habla bajito. Usa lentes, casi no ve. Cuando era bebé lo dejaron abandonado en un hospital hasta que Nélida lo encontró. Durante un año ella lo visitó en el hospital, mientras esperaba que un juez de menores le otorgara la tenencia. Cuando el permiso apareció Walter se fue a vivir con Nélida y su marido a Fuerte Apache, uno de los 992 barrios de emergencia que hay en el cordón del Conurbano bonaerense.

Walter cuenta que a él nunca le molestó vivir ahí. También dice que ahora está todo más calmado porque antes “había más guerras de bandas y esas cosas”. Se acuerda de estar con su mamá tomando mate afuera, mientras enfrente se agarraban a los tiros. De todos modos aclara que “el Fuerte es un barrio de gente re trabajadora, pero siempre los medios y todo eso muestran lo malo del barrio, por suerte ahora llegó La Queen para mostrar que acá no hay muertes, secuestros, robos y nada más”.

¿Siempre viviste acá en esta casa y en esta misma parte del barrio?

LQ: Sí, siempre acá con mi mamá y mi papá, que ya falleció. Mi vida es re Cris Morena porque me pasaron todas, me faltó el cartel de “discriminame” en la frente: de chiquito era gordo, negro, villero, pobre, adoptado y puto ¡dale loca qué es todo eso!. Mirá te doy un título: “Una vida fuerte del Fuerte”.

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Mientras Walter se maquilla frente al espejo para hacer aparecer a La Queen cuenta que de chiquito la pasaba muy mal: los discriminaban, no siempre tenía plata, ni tampoco comida. “Por suerte mi vieja me bancaba en todo, ella es lo más, es super travesti y ya se está por jubilar”, dice.

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Nélida, su mamá, es auxiliar de portería en una escuela del barrio y además cuida a una persona mayor. Según Walter, su mamá trabaja todo el día, desde la mañana hasta la noche sin parar. A Nélida, le dicen Pato, aunque no se llame Patricia. Y a su perra le dicen Muni, pero se llama Munición.

La casa en la que viven es un departamento de tres ambientes: un living-comedor con las peredes pintadas de verde manzana, una televisión de tubo y unos adornos (o amuletos) colgados en la puerta. Un pasillo angosto que lleva a los dos cuartos, la cocina y el baño. “Esta casa la ganó mi papá, pero la ganó posta, no te estoy jodiendo”. A principios de los 70, cuando Fuerte Apache todavía se estaba construyendo, su papá se puso a jugar al truco con el que era el dueño de todos los departamentos del monoblock y le dijo que si ganaba la partida se quedaba con un departamento. Y ganó.

Fue en ese monoblock en el que Walter hizo nacer a La Queen. La primera vez que Walter se montó fue a los 14 años con un ex novio que tenía en ese entonces. Se montó tipo mostra y después estuvo un año sin montarse. Cuando lo volvió a hacer fue con un estilo más fishy, más mujer, porque se dio cuenta que era lo que más le gustaba.

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¿Cuándo empezaste a hacer drag salías montada por el barrio o salías como Walter?

LQ: A veces salía montada por el barrio y a veces no porque sino podía terminar con nueve tiros encima. Pero algo cambió desde que llegué como La Queen. El otro día me pasó algo que me sorprendió: vino el tipo más homofóbico del barrio, me abrazó y me dijo que le encantaba lo que estaba haciendo. Muda quedé yo.

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¿Cómo era tu vida social en el barrio antes de La Queen?

LQ: Nunca tuve amigas maricas acá, una lástima porque me encantan las maricas turras. Siempre tuve amigas mujeres y amigos hombres, pero bueno viste que cuando vas creciendo te vas haciendo más marica y con los pibes es como “bueno, no, gracias, bye”. En el barrio pegó mucho mi drag porque antes acá era todo muy cerrado, era otro mundo y ahora aparezco yo como La Queen, que es una marica muy mujer, y pega duro. El que le gusta bien y el que no que me mire el culo.

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¿Y cómo cambia tu relación con tu vida cotidiana como Walter?

LQ: No cambia mucho, yo soy una persona común y corriente, no me creo nada porque no soy nada. Los dos papeles están super divididos, acá en la mente. La Queen no es una extensión de Walter, es otra persona con una vida completamente distinta. Parezco re loca, pero te juro que no.


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"Yo no hago trap, hago trapetón, TRA PE TON ¿entendes?"

La Queen es efusiva con la distinción entre trap y trapeton. Dice que el trapeton es como una mezcla de trap y regueton, que tiene el rap del trap, pero que te hace mover el culo como el reguetón. Hasta ahora ella tiene dos temas publicados: “No va más” y “Lo veo lo quiero”. El primero lo grabó ella sola en diciembre y sacó el video en enero: ya tiene un poco más de 60 mil visitas en YouTube. El segundo tema salió hace unas pocas semanas y ya tiene 30 mil. Y si bien “Lo veo lo quiero” es un trap bastante hard logró marcar esa diferencia que tienen con el trap: la referencia del tema no es el Duki o alguno de esos, sino Ariana Grande.

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"La escena trap de acá me parece muy machista" —dice La Queen— "por eso primero me metí en el trap, porque faltaba una marica. Necesitaba romper con ese estigma de que no puede haber putos, ni maricas, ni trans, ni drags. Mmmm sí se puede papi, somos personas".

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También cuenta que después del trap se puso a experimentar otros sonidos porque no quería quedarse sólo en el trap: le molestaba. Dice que muchos traperos (no quiere dar nombres) se la dan de “yo vengo de abajo” y cantan sobre los millones que tienen. “¿Qué es venir de abajo?”, se pregunta La Queen y en dos segundos se responde a sí misma: “Me parece que, básicamente, es no tener nada y empezar a hacer algo solo, sin ningún amigo productor, ni nada. Sola haciendo música en tu pieza. Eso es venir de abajo y eso es lo que hice yo”.

De la escena drag de Buenos Aires ¿Pensás lo mismo que de la escena del trap?

LQ: No, cero, me gusta la movida drag de acá, pero siento que falta mucha hermanandad. Muchas se las dan de hermana hermana hermana y se matan entre ellas. Yo tengo mucha inocencia a veces, pero yo no podría estar bardenando diciendo “ay mira que fea, mirá como se pone la peluca” y siento que el mundo drag de acá es así. Hay que entender que somos todas maricas con unos mambos que ni te cuento, imaginate, pasar de puto a mostra, de varón a mujer… Mientras no se metan conmigo yo no me meto con nadie.


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La Queen se pasea por el Fuerte Apache con su pelo rosa chicle y la boca pintada de un color rojo intenso. Tiene puesto un pantalón suelto amarillo patito de tiro alto y una remera del mismo color que llega hasta la mitad del estómago. Las zapatillas son Adidas, negras, con la punta brillante llena de lentejuelas. “Hoy estoy vestida toda de canje”, dice. Se pasea por las calles de Fuerte Apache sin problemas, un chico la lleva del brazo, le dice por donde le conviene pisar y por dónde no. Ella le pide que se agache para atarle los cordones, que si fije si tiene labial en los dientes, que se lo limpie.

Los vecinos la miran pasar. Algunos se quedan sorprendidos, otros la saludan y la abrazan. Le dicen gracias, me encanta lo que haces, mis hijos escuchan tu música. Algunos hasta salen de sus casas para pedirle fotos. Posan, sonríen, la abrazan. La Queen camina a plena luz del día montada sin problemas, le gusta andar así por el barrio porque ella de verdad se siente la reina de este lugar.

¿Cuál es tu refrerente? Ese que mirás y decís quiero alcanzar eso.

LQ: Nadie, ninguna, ninguno. Soy única. Soy La Queen.

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