Cómo mear al aire libre en un festival si eres mujer

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Guía de Festivales

Cómo mear al aire libre en un festival si eres mujer

Cómprate un embudo para orinar y practica en casa hasta que te sientas lo suficiente segura como para mear de pie contra la pared, verás lo bien que se siente.
Lisa Lotens
Amsterdam, NL
SA
ilustración de Sander Abbema

El sol brilla, hace calor y ves piernas descubiertas por todas partes, la temporada festivalera está en su cénit. Eso significa que nosotras, las mujeres, tendremos que volver a enseñar el culo mientras nos agachamos entre dos arbustos o detrás de una valla para mear. Admitámoslo, realmente no vale la pena caminar hasta los baños y luego hacer la cola para mear en esos váteres de plástico sobrecalentados que huelen fatal.

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Pero a la vez, mear al aire libre es todo un reto para la gente con vagina. Encontrar un punto protegido para ahorrarle a los transeúntes la imagen de tus nalgas al aire es una tarea cuanto menos incomoda, y no es nada fácil tratar de mantener el equilibrio al mismo tiempo que te agachas cuando llevas ocho horas yendo de concierto en concierto y tus piernas van a explotar.

Lo bueno de mear al aire libre en los festivales es que es muy común y, a diferencia de lo que pasaría si lo hicieses en plena calle, nadie te pondrá una multa de más de 100 euros. Además, tu vejiga te lo agradecerá. Si lo haces bien, claro. Por eso, desde que me llevé un tremendo sermón a través del interfono de un museo mientras meaba en la entrada (la voz dijo: “Te veo allí sentada. ¡Este es un espacio público, sal de aquí!”), y me asusté tanto que terminé meando mis zapatos por todas partes, me he familiarizado con todos los aspectos de esta actividad y he recopilado aquí abajo algunos consejos que te pueden ayudar a tener éxito en tu intento de mear al aire libre.

ROPA

Si eres del tipo de persona que mea al aire libre a menudo, sin dudas te lo pensarás dos veces antes de llevar un mono o peto a un festival. Bien pensado. Y no solo porque –en el caso de un mono– tienes que desvestirte hasta las rodillas y descubrir tus tetas, también porque –en el caso de un peto– es muy probable que los tirantes terminen dentro de tu charco de meado. No queremos que eso suceda, así que, para estar seguras, llevaremos pantalones. Si quieres aún mayor seguridad, ve con una minifalda y sin bragas. Es muchísimo más fácil.

LA CIUDAD VS EL CAMPO

Si estás bailando en un festival en la ciudad y tu vejiga comienza a quejarse, te recomiendo que te separes de la multitud lo antes posible y sigas a tu brújula interior de mear, que en un entorno urbano no tiene más remedio que dirigirse hacia los coches aparcados. Si hay demasiados transeúntes en el área, encuentra algunos vehículos aparcados en diagonal entre los que agacharte. Las probabilidades de que alguien vaya a estirar su cuello unos 180 grados para echar un vistazo entre los coches es muy baja, a menos que algún maldito grite que hay una Kardashian allí amamantando al último miembro del clan.

Cuando estás en un ambiente más rústico, como en un festival de varios días al aire libre, siempre busca un punto plano en la naturaleza, nunca una pendiente.

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ZAPATOS

Recuerda: Los zapatos están hechos para caminar, no para mearlos por encima durante un festival. A veces olvidamos fácilmente esta función primordial de nuestros zapatos. Especialmente cuando estás tratando de apuntarle al suelo entre tus zapatos con la cara retorcida, una vejiga a punto de estallar, y un millón de dudas en la cabeza sobre cómo hacerlo (sí, porque es una tarea jodida). Es todo un desafío, porque la orina que te sale a borbotones jamás se va a acumular en un charco pequeño y perfecto entre tus pies.

Mearte encima de tus zapatos es repugnante, así que antes de irte al festival cómprate algunos de esos protectores para zapatos desechables, esos con que cubrías tus zapatos en la piscina. Si no los puedes conseguir en ninguna parte, por favor, hagas lo que hagas, no te vayas al festival en chanclas. Bailar con tus sandalias empapadas en pis es terrible.

TIENDA DE CAMPAÑA

Son como las nueve de la mañana. Por fin has logrado llegar a tu tienda, cuando de repente todo el líquido de tu cuerpo queda en tu vejiga para una reunión mañanera y decide que sería una maldita buena idea salir de tu cuerpo. Un problema: el baño más cercano está a no menos de diez minutos de distancia. Por suerte te abasteciste de vasos de plástico en el super para tener donde mear durante la noche. Luchas por abrir tu tienda y los buscas, en el proceso te partes el dedo del pie contra una de las putas piquetas de tu tienda y tardas un siglo en encontrar los malditos vasos. Cierras la diminuta entrada de tu tienda, presionas el vaso de plástico contra tu vagina y empiezas a mear, pero pronto te das cuenta de que a tu vejiga no le da la gana parar. Meas hasta el borde del vaso e intentas coger otro vaso mientras tu dedo —el que te abriste con la piqueta de la tienda— no para de sangrar. Eres tan torpe que tu maloliente orina se derrama fuera del vaso y terminas en un charco de sangre y orina en entrada de tu tienda. Moraleja: Llévate un cubo, no putos vasos de plástico, entierra las piquetas bien profundo en el suelo y asegúrate de que la entrada de tu tienda sea de un tamaño decente.

BOSQUES, MALEZA Y ANIMALES

Por lo general prefieres estar sola cuando meas al aire. Así que decides meterte en el bosque, te bajas los pantalones y plantas tu culo sobre un montón de malditas ortigas. Para mejorar las cosas, un jodido mosquito te pincha un par de veces el culo. Dejadme que os diga, que te pique el culo puede joderte el festival. La próxima vez, llévate una patata. Por lo visto frotar tus doloridas nalgas con una patata recién cortada hace maravillas.

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LAGOS, CHARCOS Y OTRAS MASAS DE AGUA

Y allí estás tú, en medio de la gente en algún festival urbano, pasándotelo fatal mientras tratas de alejar esa mochila North Face frente a tu cara todo el rato. Pero ¡sorpresa! Te dan ganas de mear y miras con esperanza hacia esa fuente justo frente a ti. Aviso: es una pésima idea. Además del hecho de que la orilla del agua no está nada protegida, no olvidemos que no te puedes fiar de tu equilibrio. Fácilmente podrías terminar con el culo empapado en las oscuras profundidades de la fuente o en cualquier otra masa de agua donde la raza humana deposita su meado durante los festivales. Así que a la mierda con el plan original, vas a tener que echarle ovarios para irte al sitio donde están aparcados los coches o al váter más cercano.

LAS ÚLTIMAS GOTAS

¿Conoces ese tipo de gente super limpia que siempre aparece en los festivales cargando cosas como toallitas, desodorante, alcohol en gel y hojas de afeitar? Pues, tu y yo nunca hemos sido de ese tipo. Nosotros somos esa clase de almas que, después de mear fuera, sacudimos nuestras piernas peludas y nuestras nalgas frenéticamente, para asegurarnos de que las últimas gotas de orina se hayan caído. Digamos que eso nunca sucede, así que las bragas húmedas son un clásico de los festivales. ¿Y sabéis una cosa? Esto quiere decir que eres una buena persona. Porque los kleenex son extremadamente dañinos para el medio ambiente y la gente que siempre los lleva son los parásitos de este mundo que lo joden todo.

EL EMBUDO PARA ORINAR

En algunos festivales reparten embudos para orinar de cartón, que resultan ser muy útiles si sabes cómo utilizarlos. Cuando uses uno de estos aparatos por primera vez, te aseguro acabarás meándote las piernas. Pero no tendrás que pasar por ese sufrimiento si te preparas con anticipación. Antes de hacer las maletas, cómprate un embudo para mear y practica en casa hasta que te sientas lo suficiente segura como para mear de pie contra la pared. Te sentirás de puta madre.

NO SEAS UNA TIQUISMIQUIS

La cosa que menos quieres cuando estás meando al aire libre en un festival es ser una tiquismiquis. A veces hay que tomar medidas desesperadas porque no vas a perderte a tu grupo favorito por una cuestión de educación. Piensa que mees donde mees, a nadie le importará realmente porque todo el mundo estará pendiente de otras cosas. Y además, seguro que se secará antes de que nadie se de cuenta.

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