Identidad

Me enfrenté a un amigo que había agredido sexualmente a alguien

Historias de gente que afronta la mala conducta sexual de sus amigos.
Historias de gente que afronta la mala conducta sexual de sus amigos.
ILUSTRACIÓN: NANNA DE JONG

Artículo publicado originalmente por VICE en neerlandés.

Como sociedad, preferimos ver a la superviviente de abusos como “la hija de alguien”, en vez de al violador como “el amigo de alguien”. Es difícil descubrir que alguien en quien confías es capaz de hacer algo así y a menudo evitamos el tema para que la relación no se estropee.

Pero, a veces, tener una conversación incómoda o sacar a alguien de tu vida puede tener un impacto muy grande en su forma de comportarse en el futuro. He hablado con cuatro personas que decidieron enfrentarse a amigos que se pasaron de la raya para saber cómo fue el proceso.

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Esther, 27 años

He formado parte de un grupo de amigos muy cercanos en los últimos diez años y yo soy una de las dos únicas mujeres. Cuando salíamos juntos, solíamos ver a nuestros amigos tratar de tocar a mujeres que no conocían o ponerse cerca de ellas. A juzgar por sus respuestas físicas, estoy segura de que a ellas no les gustaba. Un chico en particular lo hacía todo el tiempo. Muchas veces lo vi acorralar a mujeres en una esquina. Es grande y alto, así que intimida mucho.

Varias noches de fiesta, me enfrenté a él por este tema. Parecía no saber de lo que yo hablaba. Estaba borracho, pero también parecía incapaz de reflexionar sobre su propio comportamiento. Dejé de reunirme con él un tiempo porque no me gustaba sentir que tenía que estar pendiente de él.

Muchas veces se quedaba a dormir en casa de amigos cuando salía de fiesta. Hace dos años nos enteramos de que, si no conseguía llevarse a alguien con él, iba a las habitaciones de sus amigos y se masturbaba espiándolos mientras ellos tenían relaciones sexuales. Una vez una chica lo vio y se enfadó muchísimo. Yo la conozco por unos amigos de mis amigos. Cuando el tema salió en el chat del grupo, él admitió haberlo hecho más veces. Los otros chicos no tenían ni idea y dijeron que habían hablado con él sobre el tema.

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Yo también tuve una conversación con él. Le dije que me parecía asqueroso, que había sobrepasado todos los límites y que no tenía ni idea de lo mucho que algo así puede afectar a alguien. Estaba muy callado e intentó entender mi posición. Pero yo sabía en el fondo que no entendía por qué lo que había hecho estaba mal. Al final, me dijo que no volvería a hacerlo. Seguimos siendo buenos amigos.

Jeroen, 33 años

Conozco a mi mejor amigo desde que éramos pequeños y siempre hemos tenido el mismo grupo. Yo acababa de cumplir los 20 cuando me enteré de que acosaba y agredía a mujeres. Una vez, una amiga me dijo que le había cortado el paso en una fiesta y le había dicho que no se podía ir sin hacerle una mamada. Otra amiga me dijo que se quedó dormida a su lado después de una fiesta y cuando se despertó la estaba violando con los dedos. También besó a otra amiga a la fuerza muchas veces.

Cuando me enteré, no quise volver a verlo. No sentía la necesidad de enfrentarme a él, no se lo merecía. Probablemente se hubiera disculpado, pero no hubiera importado.

Al final, nunca volvimos a vernos. Dejé de contestar sus llamadas y le dije por mensaje de texto muchas veces que no quería juntarme con él. Él fingió no saber por qué, lo cual me enfadó aún más. Siete años más tarde, se puso en contacto con uno de nuestros amigos y dijo que lo sentía porque “solía ser raro”. Me decepcionó que después de tantos años realmente no hubiera reflexionado.

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A veces lo veo en Instagram. Es triste perder a alguien con quien tienes tantos recuerdos. Pero no quiero ser amigo de alguien que abusa de su poder con gente de esa manera, especialmente con gente que quiero.

Dorien, 26 años

Trabajo en una empresa tecnológica grande donde todo el mundo se conoce. Todos somos jóvenes y solíamos salir juntos antes de la COVID-19. Una de esas noches, un compañero abusó de una compañera. Yo me llevaba muy bien con ambos.

La mañana después de que ocurriera, ella vino a mi casa llorando. Me contó que fue a casa del chico porque había perdido el tren de vuelta y él abusó de ella. Mi primera reacción, que no compartí con ella en ese momento, fue de incredulidad. Conocía al chico y lo respetaba. Todo el mundo lo quería. Pero pronto me di cuenta de que no tenía sentido mentir.

Hablamos de cómo procedería. No estaba segura de si debía ir a la policía o contar a la empresa lo que había pasado. Denunciar un incidente así, en una empresa en la que todos se conocen y son amigos, no es fácil.

Tuve que aguantar las ganas de llamarlo, pero ella me pidió que no lo hiciera. Decidí contactar con el consejero de nuestra compañía porque estaba preocupado por ella. Fue muy útil poder hacerle todas las preguntas que tenía. Pregunté qué debería hacer si mi amiga decidía no informar de la situación, pero me aconsejó que la animara a hacerlo y así fue. Hubo una investigación y lo despidieron dos semanas más tarde. La compañía actuó rápidamente y se lo tomó muy en serio.

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Yo no creo que sea una mala persona en sí, pero él mismo se lo buscó. Fue una situación difícil porque ambos eran amigos míos. Al parecer, no lo conocía también como pensaba.

Larissa, 20 años

El mejor amigo de mi novio abusó de mí en una fiesta en noviembre de 2018. No quise contárselo a mi novio porque tenía miedo de que arruinara su amistad.

Un año después de que ocurriese, se lo conté a la hermana de mi novio. Me dijo que le había hecho algo similar a ella y a su mejor amiga. Me enfadé mucho. Las otras chicas no se tomaron el abuso tan mal como yo, pero había cruzado la línea. Una de las chicas me dijo que era simplemente “su forma de ser”. Fue en ese momento cuando decidí hablar. La hermana de mi novio y su amiga eran más jóvenes que yo. Sentía que debía protegerlas.

Le envié un mensaje diciendo que lo que había hecho estaba mal y que sabía lo que había pasado con las otras chicas. Me dijo que sentía escuchar que me lo tomara así, pero que, por lo que a él respectaba, no había pasado nada. Después me llamó y me dijo que fuera a hablar con él. Esa fue la gota que colmó el vaso: sabía que no estaba arrepentido. Me dijo que había bebido mucho esa noche y que las cosas no habían sido como yo las recordaba.

Después de eso, me bloqueó. Mi novio se enfadó mucho y ya no habla con él. Aunque este chico no admitió lo que hizo, me alegra haber defendido a las chicas y a mí misma.

Actualización 21/04/21: Este artículo se ha actualizado para adaptarlo a la guía de estilo de VICE.