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Funcionario de Trump detenido por el asalto al Capitolio tiene lazos familiares con la Junta Militar argentina

Federico "Freddie" Klein, exfuncionario de Trump, elogió en repetidas ocasiones a la Junta Militar argentina de los 70 y 80 mientras trabajaba en el Departamento de Estado.
Cameron Joseph
Washington, US
DS
traducido por Daniela Silva
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Un funcionario de la administración de Trump que ha sido acusado de desempeñar un papel importante en el asalto al Capitolio el 6 de enero, tiene antecedentes de haber elogiado a una dictadura militar que tomó el poder en un golpe de Estado, además de mantener estrechos lazos familiares con esa Junta.

Federico "Freddie" Klein, un expolítico designado en el Departamento de Estado que se encuentra en la cárcel esperando su juicio por el asalto al Capitolio, elogió en repetidas ocasiones a la Junta Militar argentina de finales de los 70 y principios de los 80 mientras trabajaba en el Departamento de Estado, según tres excolegas.

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“Sentía un gran afecto por la Junta argentina. Su padre es argentino, y expresaba cierta frustración por cómo la historia recuerda esa brutal dictadura”, le dijo a VICE News un exfuncionario del Departamento de Estado que escuchó a Klein elogiar a la Junta.

Resulta que esos puntos de vista pueden ser hereditarios.

El tío de Klein, Guillermo Walter Klein Jr., fue un alto funcionario económico de la Junta Militar argentina poco después de su llegada al poder en 1976. Mientras impulsaba drásticas reformas económicas neoliberales, los militares y sus aliados estaban ocupados asesinando a 30.000 estudiantes argentinos, organizadores sindicales y otros disidentes. Y puede que no haya sido el único pariente con opiniones a favor de la Junta.

Bob Cox, el exeditor de un periódico en Argentina, le dijo a VICE News que conocía tanto a Walter como a Federico, el padre de Freddie, y aunque no había conocido a Freddie, quien nació en Estados Unidos en 1978, Cox dijo que "no le sorprendía para nada” su presunta participación en el asalto al Capitolio dada la política de su padre y su tío.

“Existe una conexión en la creencia de que se usa la fuerza militar, si se puede. Es algo hereditario”, dijo.

Varios expertos argentinos, así como algunos de los excolegas de Freddie Klein, notaron similitudes inquietantes entre el apoyo de su familia a un golpe de derecha que derrocó a un régimen democráticamente elegido en Argentina y el supuesto papel de Freddie en el intento de golpe de Estado a favor de Trump en el Capitolio el 6 de enero.

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Pero según los informes, los Klein son una familia de clase alta distinguida y con buenas conexiones. Su enfoque de guante blanco contrasta con las acusaciones del ataque a la democracia de Freddie.

"Su famoso tío desempeñó el papel de un tecnócrata conservador que respaldó a dictadores de inspiración fascista", dijo Federico Finchelstein, profesor de historia argentina en la New School. “Federico [Freddie] jugó un papel muy diferente. Es una persona que está en el lado fascista de la ecuación. Su tío, Guillermo Walter Klein, no estaba en las trincheras como guerrillero”.

A diferencia de sus parientes, Freddie se involucró en la política no a través del conservadurismo de los think tanks, sino de la política de protesta de derecha. Después de pasar una década en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, se ofreció como voluntario para el socialmente conservador Consejo de Investigación Familiar, y finalmente consiguió un papel en la campaña del presidente Trump en 2016. Cuando Trump ganó, Klein estaba entre una serie de lacayos que el equipo de Trump colocó en puestos de gobierno. Y el 6 de enero, cuando los manifestantes pro-Trump irrumpieron en el Capitolio en un esfuerzo por bloquear la certificación de la victoria electoral del presidente Joe Biden, Klein supuestamente ayudó a liderar el ataque.

Ahora enfrenta seis cargos por su papel en el asalto. El video supuestamente muestra a Klein entre la primera ola de alborotadores que atacaron el Capitolio. Klein montó un asalto contra la policía del Capitolio, reuniendo a otros para atacar con un llamado de "necesitamos gente nueva" mientras usaba un escudo policial para atacar a los oficiales. Los fiscales dicen que ignoró las órdenes de la policía hasta que fue sometido con gas pimienta. Un juez le negó la libertad bajo fianza la semana pasada, dijo que era un riesgo y que había traicionado su juramento de defender y proteger la Constitución de Estados Unidos.

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"Había enemigos en el corazón de la democracia estadounidense, y una persona que hizo un juramento cambió de bando", dijo el magistrado Zia Faruqui en el procedimiento.

Opiniones de Freddie Klein a favor de la Junta

Klein consiguió un puesto temporal en el Departamento de Estado poco después de que Trump ganara la presidencia. Luego solicitó un trabajo en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, según fuentes de la administración de Trump, y la Oficina recibió ordenes de contratarlo.

Los funcionarios lo guiaron hacia la oficina del Cono Sur, que incluye a Argentina y donde sus antecedentes familiares y su fluidez en español podrían ser una ventaja.

Klein aprovechó la oportunidad, pero pronto demostró su falta de formación diplomática y su incapacidad para llevar a cabo ese trabajo, dicen sus excolegas.

“Al conversar con él, quedaba claro que estaba fuera de su alcance”, dijo un exfuncionario del Departamento de Estado.

"Estaba muy paranoico, siempre le preocupaba que hubiera una purga de lo que él llamaba 'los verdaderos leales a Trump'", dijo otro funcionario. "Se veía a sí mismo como un verdadero radical de Trump".

Lo trasladaron rápidamente a la oficina de la Ley de Libertad de Información, algo que un funcionario del Departamento de Estado describió como "la isla de los juguetes inadaptados". Klein parecía contento allí, y los funcionarios estaban felices de haberlo sacado.

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Sus colegas dijeron que presumía de sus vínculos con Trump y no era tímido al expresar sus puntos de vista estridentes sobre políticas como el aborto, la inmigración y la política exterior. Pero incluso en comparación con su duro discurso de derecha normal, sus puntos de vista sobre Argentina impresionaron a sus colegas.

Un exfuncionario del Departamento de Estado dijo que había escuchado a Klein argumentar un punto de vista sostenido por archiconservadores en muchos países latinoamericanos de que cuando las dictaduras de derecha cometían abusos contra los derechos humanos, "el recuento de cadáveres estaba en su lucha legítima contra las guerrillas antigubernamentales".

“Claramente sus opiniones simpatizaban mucho con un notorio régimen que viola los derechos humanos y que llegó al poder en un golpe de Estado y trató brutalmente a sus civiles”, dijo el funcionario.

Otro excolega dijo que Klein ocasionalmente hablaba sobre las raíces argentinas de su familia, y en un momento dijo que "todo se ha ido cuesta abajo" en las últimas décadas.

Un tercer exfuncionario dijo que había escuchado de varios colegas en común que Klein había "hecho comentarios simpatizantes sobre la Junta Militar", calificándola de "algo positivo" para el país.

"Cuando vi la noticia de que estaba involucrado con los hechos del 6 de enero no me sorprendió en absoluto", dijo ese funcionario.

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Cecilia Klein, la madre de Freddie, dijo que nunca había escuchado a su hijo expresar opiniones a favor de la Junta, pero especuló que si Klein había dicho algo era para poner al régimen en un contexto histórico más amplio.

“Lo que probablemente les estaba explicando a sus amigos en la oficina del Cono Sur era que había un contexto para la toma del poder militar. Y no digo que crea que fue una gran idea. Pero deberías investigar un poco lo que estaba pasando antes de que entrara el gobierno [militar] de Videla”, le dijo a VICE News.

Los lazos familiares de Freddie Klein

Klein proviene de una familia argentina acomodada que tiene profundos lazos con la derecha del país. Su abuelo, Guillermo Walter Klein Sr., se desempeñó como asesor económico en el gobierno en la década de 1930 y fue director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional a principios de 1960.

Tanto Guillermo Walter Klein Jr., conocido como Walter, como su hermano Federico German Klein, padre de Freddie, estudiaron en prestigiosas universidades estadounidenses. Federico se quedó en Estados Unidos y comenzó su larga carrera en el Banco Interamericano de Desarrollo en 1968.

Walter, el tío de Freddie, sirvió en la dictadura militar de finales de la década de 1960 como subsecretario económico, fue a la Universidad de Harvard para realizar estudios de posgrado cuando la dictadura fue derrocada, luego regresó a mediados de la década 1970 para servir como la mano derecha del recién instalado principal asesor económico de la Junta.

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Esa dictadura contó con el apoyo tácito de Estados Unidos y muchos de la derecha la vieron como una respuesta necesaria al aumento de la violencia marxista, los disturbios y la inestabilidad económica en el país. Pero pronto quedó claro que era un régimen significativamente más sangriento de lo que muchos esperaban.

Bob Cox fue el editor y publicista del Buenos Aires Herald. El periódico era uno de los pocos en el país que estaba dispuesto a documentar las atrocidades cometidas por la Junta contra los derechos humanos. Cox se vio obligado a huir del país después de unos años en el régimen ya que fue arrestado y su hijo recibió amenazas de muerte. Conocía tanto al padre de Freddie, Federico, como a su abuelo, también llamado Guillermo Walter Klein, le dijo a VICE NEWS.

"Eran de derecha, mucho", dijo.

Dice que era amigo íntimo de Walter, el tío de Freddie, hasta que el apoyo de este último a la dictadura militar puso fin a su relación.

“Cuando [Walter] regresó de Harvard, se volvió hacia mí y me dijo 'Quiero ayudar, quiero poder retribuir a mi país'. Y luego fue parte de varios gobiernos. Desafortunadamente, todos eran gobiernos militares”, le dijo Cox a VICE News. “Dijo que era necesario, que pensaba que si podían hacer que la economía de Argentina [funcionara], entonces podrían preocuparse por los problemas de derechos humanos”.

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Walter Klein dejó en claro sus puntos de vista en ese momento y, según los informes, dijo que las reformas económicas de derecha que consideraba necesarias eran "incompatibles con cualquier sistema democrático y solo se podían aplicar si estaban respaldadas por un gobierno de facto".

La familia Klein enfrentó amenazas directas de izquierdistas argentinos. En 1978, guerrilleros de Montonero bombardearon la casa de Guillermo Walter Klein. Dos guardias murieron, pero él y su familia sobrevivieron después de ser desenterrados de los escombros. El ataque recibió atención internacional.

Cecilia Klein dijo que su excuñado era un tecnócrata que no tenía nada que ver con los aspectos violentos de la Junta.

“Él era economista, y yo estuve allí cuando fue economista para ese gobierno, y puedo asegurarles que no se involucró en la desaparición de personas”, dijo.

Los expertos en el régimen coinciden en que Walter provenía del ala neoliberal del gobierno, que era una alianza entre los viejos conservadores del establishment en el país que veían sus intereses comerciales amenazados por el peronismo, la economía estancada, y el liderazgo militar neofascista.

Walter se desempeñó como la mano derecha del ministro de Economía de Argentina, José Alfredo Martínez de Hoz, quien impulsó una serie de controvertidas reformas destinadas a impulsar una economía en apuros que estaba destrozada por la hiperinflación. Los economistas no estaban asesinando a los disidentes, pero eran bastante controvertidos por derecho propio mientras impulsaban reformas que causaban dolor a corto plazo para amplios sectores de la clase media del país con el objetivo de controlar la inflación.

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"Martínez de Hoz, su jefe, es ampliamente considerado como la máxima figura oscura de la dictadura, el iniciador de las reformas neoliberales en Argentina y el arquitecto directo o indirecto de una amplia variedad de delitos", le dijo a VICE News el profesor de historia de la Universidad de Connecticut, Mark Healey. “No me sorprende en lo absoluto que su sobrino sea un entusiasta de las dictaduras militares”.

Guillermo Walter Klein continuó trabajando en los círculos de élite de Buenos Aires mucho después del colapso de la dictadura. Pero en 2008, la hija de un ministro de Economía que desapareció después de oponerse a lo que él veía como un trato corrupto, testificó que la última vez que su familia supo de él, iba de camino a ver a Klein. El gobierno argentino abrió una investigación sobre si Klein desempeñó algún papel o tenía conocimiento de la desaparición en 2014.

No está claro qué tan cercanos eran los Klein y cómo es la relación de Freddie con su tío. Guillermo Walter Klein no respondió a un mensaje de Facebook solicitando discutir esta historia, el número telefónico y correo electrónico de su antiguo bufete de abogados están fuera de servicio, y cuando intentamos comunicarnos con él a través del Harvard Club de Buenos Aires, donde es expresidente, no tuvimos éxito. El abogado de Freddie Klein se negó a hacer comentarios al respecto y no lo pudimos contactar directamente en la cárcel. Federico Klein Sr., el padre de Freddie, murió en 2018.

Según Cox, Guillermo Walter Klein Sr., el patriarca, una vez le dijo que “la única forma de lidiar con el terrorismo es mirar [a los que lo ejercen] como piedras y arrojarlas a un pozo sin fondo”, un comentario inquietante dado que la Junta Militar argentina era conocida por drogar a sus presos políticos y arrojarlos al Océano Atlántico desde aviones.

Cox dijo que Federico y Walter Jr. "no se llevaban muy bien", pero que sus puntos de vista políticos no eran tan diferentes.

“Hablando con él, quedaba bastante claro que apoyaba mucho al régimen militar en Argentina”, dijo sobre Federico.

Cecilia Klein negó que su exmarido Federico apoyara la dictadura.

"Puedo asegurarles que eso no era lo que sentía su padre", dijo cuando se le preguntó sobre las opiniones de Freddie.

Pero argumentó que era injusto involucrar a cualquiera que apoyara a la Junta con sus aspectos más sanguinarios y violentos.

“Podrías investigar al gobierno en función previo a esa fecha antes de sacar de contexto cualquier comentario que alguien pudiera haber hecho. Hubo una insurrección armada en las calles antes de que intervinieran los militares”, dijo. “Los cuerpos se acumulaban, la economía estaba estancada. Espero que si alguna vez llegáramos a ese punto, alguien pudiera pensar en cosas nuevas".