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Cultură

El lucrativo y agobiante estilo de vida de un mantenido sexual

Hay hombres mayores a los que les gusta cuidar y agasajar a los chicos jóvenes a cambio de un poco de amor artificial.

No creo que todo el mundo esté de acuerdo. Imagen vía

Sam tiene la intención de ser director ejecutivo de su propia empresa de medios digitales para cuando cumpla 37 años.

Hoy tiene 29, está en el paro y no va a la universidad. Sin embargo, a diferencia de otros chicos de veintitantos con grandes sueños y poco dinero, Sam no tiene la más mínima preocupación. Y eso se debe a que sus sugar daddies son muy generosos.

En los últimos cuatro años, este exuniversitario ha salido con varios sugar daddies de su ciudad que le han dado más de 7.000 dólares en regalos, dinero en efectivo y asesoría profesional que, según él, ha sido muy útil para avanzar hacia sus metas empresariales.

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"Espero no sonar como un interesado", dijo antes de hablar sobre su estilo de vida, "pero el dinero es lo que hace girar al mundo y no veo por qué no aprovechar cuando alguien que puede, te lo da".

Y Sam no es el único que piensa así. Muchos jóvenes urbanos están hartos de salir con tíos de su misma edad que están sin blanca y prefieren buscar sugar daddies, que se acercan más a los estándares que buscan.

Cuando oímos la expresión sugar daddy , la primera imagen que nos viene a la cabeza es una universitaria de 20 años con problemas financieros y un hombre adinerado que bien podría ser su padre (o su abuelo). Las páginas como Seeking Arrangement y What's Your Price permiten que los sugar babies , sugar daddies y sugar mommas consigan acuerdos que benefician a las dos partes. Los sugar babies se anuncian, especifican cuánto dinero necesitan y los sugar daddies o mommas explican qué pueden ofrecer (cuánto ganan).

Según el representante de Seeking Arrangement, Brook Urick, el 10 % de los usuarios se identifica como parte de la comunidad LGBT. Urick afirma que cada vez se registran más usuarios de todas las preferencias sexuales, en parte porque el concepto de sugar daddy/sugar baby es cada vez más común.

"Hay muchas chicas y chicos en la página que están saliendo con personas que no cumplen con sus expectativas y no creemos que no tienen por qué pasar por eso", explica Urick. "Pueden buscar más allá de sus compañeros de universidad y conocer personas que les puedan ofrecer cierto estilo de vida y ser sus mentores".

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Pero no siempre es gratis. Los sugar babies que entrevisté para este artículo revelaron que este intercambio de dinero, regalos y asesoramiento a veces implica un control parental extremo.

Las reglas

Sam tuvo su primer sugar daddy en 2012 y desde entonces ha tenido varios más. Hace tres años conoció a Pablo, un hombre de 40 años que es dueño de un salón de estética. Pablo, a quien Sam conoció a través de una página para buscar pareja, es el sugar daddy con quien más tiempo ha estado.

Pablo dejó claro desde el principio que iba a llevar a Sam a cenar a restaurantes caros, le iba a dar regalos y le iba a orientar en su vida profesional, pero que no quería nada de sexo.

"Tenía muchas relaciones sexuales y no era lo que buscaba en mí. Lo que quería era alguien a quien guiar", me explicó Sam. A pesar de la atracción que sentía hacia Pablo, aceptó sus condiciones para poder recibir los beneficios que le ofrecía.

"Me dijo que me iba a apoyar económicamente, pero que tendría que hacer lo él dijera porque aquello no era gratis".

Las reglas de Pablo incluían estar disponible al menos una vez a la semana, ser puntual, no eructar, hablar con propiedad en todo momento y tener una apariencia y un lenguaje corporal profesionales.

"Había veces que llegaba tarde y se enfadaba. No puedes llegar tarde a una cita con una persona que te da apoyo económico", señaló Sam. Pablo criticaba su forma de vestir, tiraba la comida basura que había en su apartamento, exigía que se peinara y se cortara el pelo con regularidad y le prohibió usar zapatillas de deporte. La relación duró dos años y terminó cuando Pablo se quedó sin dinero.

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"Tienen toda la intención de ayudar", dijo Sam. "Pero al mismo tiempo no quieren que les vean con alguien de aspecto descuidado".

Sin embargo, también me comentó que a veces los sugar daddys sacan su lado autoritario y que, en ese momento, "uno se siente impotente y castrado". Pero eso no le desanima e insiste en que los sugar daddies son lo mejor.

"En este mundo necesitas dinero para ganar dinero", explicó.

No soy tu hijo

Elías, un estudiante de 20 años, dice que siempre le han atraído los hombres mayores. Sin querer empezó a salir con un sugar daddy hace unos años y desde entonces ha tenido otros cuatro: un abogado, un contable, un informático y un profesor.

"Quería salir con hombres mayores porque son los más interesados en entablar una relación", explicó Elías. "Siento que los más jóvenes solo quieren sexo y nada más".

Elías conoció a tres de sus daddies en Grindr y a otro en Scruff. Estos hombres eran generosos con su dinero y, a pesar de que nunca le hizo falta, estaba feliz de tener ingresos extra. Le daban dinero para transporte y para salir de fiesta, le llevaban a cenar a lugares elegantes y le daban regalos caros.

A diferencia de Sam, las relaciones de Elías sí eran sexuales, pero no duraban mucho. De todos su daddies, el contable fue el que proporcionó a Elías las experiencias más extravagantes, aunque también era el más controlador. Después de darle caprichos durante varias semanas se volvió excesivamente sobreprotector.

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"Si no contestaba cuando me llamaba o tardaba en contestar a sus mensajes, insistía e insistía hasta que me ponía en contacto con él", dijo Elías. Llegó un momento en el que trataba a Elías como si fuera su hijo y el joven tuvo que terminar con la relación después de dos meses y medio.

"Siento que los sugar daddies se vuelven muy posesivos cuando se dan cuenta de todo lo que han invertido en ti", comentó Elías.

¿Papitis? No es tan simple

Elías mencionó que la ausencia de una figura paterna podría ser una de las razones por las que le gustan los hombres mayores. Cuando le pregunté a Sam cómo era la relación con su padre, dijo que cuando era adolescente dejaron de hablarse durante casi cuatro años y que todavía siguen teniendo roces.

"Nunca he tenido una relación fuerte o cercana con las figuras paternas en mi vida", dijo Elías. "No quiero avergonzar a nadie, pero creo que muchos de los jóvenes gais tienen relaciones conflictivas con sus padres".

Alex Borovoy, un psicoterapeuta que trabaja con solteros y parejas LGBT o heterosexuales, comparte la idea de que esta atracción puede aumentar por la falta de una presencia paterna, pero que no siempre es el caso en las relaciones gay entre sugar daddies y babies.

"Existe un deseo de guía, asesoramiento y cuidados por parte de un hombre mayor", dijo Borovoy. "Es simple, pero tiene mucho sentido".

Borovoy también hizo énfasis en la perspectiva del daddy en lo que respecta a la falta del padre en su vida.

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Este factor surgió en varias ocasiones durante mis entrevistas con sugar babies . Aunque es imposible generalizar a una comunidad entera, por lo visto esta idea sí tiene cierto peso.

Ber, un hombre de mediana edad que vive en mi ciudad y prefiere no mencionar su apellido, me dijo que lleva muchos años buscando un sugar daddy . A pesar de que tiene una relación estable con una mujer, le atrae la idea de tener a un hombre mayor que le guíe y le dé caprichos. Él también mencionó los problemas con su padre.

"Mi padre murió cuando yo apenas tenía cinco años de edad, tal vez por eso me atrae tanto la figura paterna", dijo Ber.

Cabe destacar que Ber tiene 55 años de edad. Cuando lo conocí gracias a una página de sugar daddies en Facebook, supuse que él era un sugar daddy . Esto significa que los sugar babies pueden ser de cualquier edad. Ber también explicó que, como ya había salido con hombres mayores en el pasado, tiene muchas ganas de encontrar un sugar daddy —si logra dejar a su pareja actual—.

No le preocupa ninguno de los inconvenientes de tener un sugar daddy . "No sé cómo expresar lo hermoso que sería que me mimaran y me dieran caprichos".

Una jaula de oro

Cuando Sam y yo hablamos en su vigésimo noveno cumpleaños, le vi muy contento. Hoy en día está soltero y sigue activo en Seeking Arrangement. Hace un par de meses conoció a un hombre mayor en un seminario, que mencionó la posibilidad de ayudarle a pagar sus estudios.

Quedamos en vernos para la entrevista en una plaza situada en una de las zonas más caras de la ciudad, a petición suya. Cuando llegó, me di cuenta de que llevaba el pelo largo y deportivas. Si siguiera saliendo con Pablo, seguro que le habría caído una bronca. Además, llegó 20 minutos tarde. A mí no me molesta, pero un sugar daddy seguro que le habría llamado la atención.

Casi como si me leyera la mente, Sam confesó que trata de protegerse en sus relaciones con sugar daddies .

"Me da miedo sentirme atrapado", me dijo. "Lo último que quiero es conocer a alguien con mucho dinero que me dé una casa y satisfaga todas mis necesidades, porque sería como estar encerrado en una jaula de oro. ¿Me explico? Una jaula de 24 quilates sigue siendo una jaula".

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