Pandemia, salud mental, confinamiento, soledad, ansiedad, amigos, relaciones
Imagen: Djanlissa Pringels
Identidad

Desde que terminó el confinamiento, me siento más solo que nunca

El hecho de que te sientas solo o sola, o como si no tuvieras amigos de verdad, no es motivo para avergonzarte.
Djanlissa Pringels
ilustración de Djanlissa Pringels
DS
traducido por Daniela Silva

Ask VICE es una serie en la que lxs lectorxs le piden a VICE que resuelva sus problemas, desde cómo lidiar con el amor no correspondido hasta cómo tratar a ese roomie molesto. Hoy analizaremos por qué las libertades recién encontradas han resurgido viejas ansiedades.

Estimado VICE,

Antes de la pandemia, tenía una vida social muy activa: siempre tenía algo que hacer y casi siempre estaba acompañadx. La cuestión es que, independientemente de lo muy social que pareciera, era propensx a la ansiedad, siempre me preocupaba que tal vez no le cayera bien a la gente, que terminara sin nada que hacer un viernes por la noche, que mis amigos hicieran planes sin mí.

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Eso cambió durante el confinamiento. Como todos pasaban la mayor parte del tiempo en casa, logré calmarme un poco. Me di cuenta de que me importaba demasiado lo que los demás pensaran de mí a costa de mi salud mental. Cuando se establecieron los toques de queda, me acostaba a las 10 p.m. Todos los viernes me ponía a leer antes de dormir, sabiendo que todxs los que me rodeaban estarían haciendo lo mismo. Me despertaba renovadx y feliz.

Es cierto que también pasé gran parte de ese tiempo queriendo volver a la normalidad de mi vida social. Una vez que se levantaron las restricciones, esto resultó ser más difícil de lo que pensé. Mis amigxs se habían mudado o ya estaban en una relación, y una parte de mi círculo de amistades la habían pasado juntxs el año anterior, lo que me llevó a sentirme excluidx.

Ha habido noches en las que le mando mensaje a veinte personas para pasar el rato, y todas tienen plan. No creo que me excluyan a propósito, pero esas noches espontáneas parecen ser cosa del pasado. Me preocupa. ¿Por qué todos los que me rodean tienen algo que hacer todos los días y por qué yo no puedo hacer lo mismo?

Saludos,

F.

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Hola F,

El hecho de que te sientas solx o, a veces, como si no tuvieras amigxs de verdad, no es motivo de vergüenza. Un estudio de Harvard publicado a principios de este año sugiere que el COVID ha desencadenado una epidemia de soledad entre lxs jóvenes: el 61 por ciento de las personas entre los 18 y los 25 años reportaron altos niveles de soledad. Así que definitivamente no eres lx únicx.

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Eso no hace las cosas más fáciles, por supuesto. Las amistades son una necesidad básica para la mayoría de las personas: un estudio de 2017 mostró que lxs jóvenes de entre 16 y 25 años están mejor preparadxs para lidiar con el estrés si están rodeadxs de buenxs amigxs. Vivimos en un mundo en el que las amistades acérrimas son romantizadas constantemente en los medios de comunicación, lo que puede hacerte sentir aún más mal si no logras construir amistades similares en la vida real.

Lidewy Hendriks, psicóloga de MIND Korrelatie, una plataforma holandesa que ofrece apoyo psicosocial, dijo que regularmente ve a jóvenes que sienten que su vida social no es lo que esperaban. "Dices que has estado trabajando en ti los últimos meses", dijo Hendriks. "Y al mismo tiempo, has descubierto que algunas de tus amistades eran bastante superficiales. Me pregunto si, después del encierro, has empezado a buscar personas que encajen mejor con tu 'nuevo yo' o ​​si has vuelto a contactar a tus viejxs amigxs".

En lugar de volver a lo mismo de siempre, Hendriks dijo que deberías apreciar tu nueva comprensión de ti mismx, por ejemplo, que también disfrutas leer un buen libro en lugar de salir. Pero, por supuesto, si estás de humor para socializar y no tienes a nadie con quien pasar el rato, las cosas pueden ponerse difíciles.

El consejo de Hendriks es simple: no te preocupes por cómo pasan su tiempo otras personas. ¿Te gustan los museos? Ve a una exposición. Al hacerlo, es probable que te encuentres con personas que tengan intereses similares a los tuyos. Entonces, si realmente quieres ir a esa fiesta, solo tienes que hacerlo, ya sea que alguien te acompañe o que vayas solx. "Pero es importante entender por qué quieres estar en esa fiesta: ¿realmente quieres ir o solo vas para no sentirte excluidx?", dijo Hendriks.

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Al leer tu carta, Hendriks cree que vale la pena explorar las ansiedades e inseguridades sociales que experimentaste antes de la pandemia con la ayuda de un terapeuta. "Creo que estás tan concentradx en la opinión de lxs dema´s que eso obstaculiza tu propia felicidad", dijo Hendriks. "Mientras más busques amigxs, más se apoderará de tu vida ese sentimiento, te volverás más necesitadx y te olvidarás de disfrutar el momento en el que la estás pasando bien".

Por muy cliché que parezca, las personas se sienten atraídas por la confianza, entonces al preocuparte demasiado por tu vida social, irónicamente, podrías alejar a las personas. Hendriks dijo que ha visto que cada vez más jóvenes fomentan sentimientos de inferioridad. “Con muchos jóvenes con los que hablo se comparan con los demás. Ponen la vara increíblemente alta”, dijo. "Muchxs jóvenes experimentan la 'soledad social', donde están rodeadxs de gente, pero aún se sienten solxs".

Hendriks cree que una de las principales razones por las que lxs jóvenes están experimentando más ansiedad son las comparaciones sociales basadas en las redes sociales. "Siempre hago que mis pacientes pongan las redes sociales en perspectiva", dijo. "Hago mucho hincapié en que la forma en que las personas presentan sus vidas en las redes sociales tiene poco que ver con lo que significa ser feliz". Hendriks aconseja que demos un paso atrás y pensemos realmente si las redes sociales nos están haciendo infelices. "Pasar menos tiempo en esas aplicaciones definitivamente te ayudará", dijo.

Otra regla de oro de Hendriks: por muy vago que parezca, termina tu día recordando todo lo bueno que haya pasado ese día. Puede ser algo simple y pequeño, como recordar el agradable paseo que hiciste a la hora del almuerzo o pensar en lo mucho que disfrutas de ese libro, esa serie o ese podcast.

Esta es una de las ideas básicas del movimiento de atención plena. Dejar a un lado la exageración y reconocer lo que es bueno en tu vida puede ayudarte a equilibrar los pensamientos negativos y a desarrollar la confianza un día a la vez. “Analiza cómo puedes convertirte en una persona más feliz y cuídate más”, dijo Hendriks. En resumen, vas por buen camino.