Imagen por Jonathan Danko Kielkowski.
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Jonathan Danko Kielkowski: La idea de que algo tan grande pueda ser hundido por un estúpido error humano y algunas rocas siempre me ha fascinado. Vi todo el proceso de recuperación, el esfuerzo técnico para eliminar los restos de las rocas y ponerlo de nuevo en posición vertical, la mano de obra y el dinero invertido. Costó más de 500 millones de euros. Cuando el barco llegó a Génova para ser desmantelado decidí ir a verlo.¿Y fue sencillo?
No, la primera vez no tuve éxito. Fui sorprendido por la Guardia Costera y tuve que irme. Lo intenté de nuevo dos semanas más tarde y lo conseguí.
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El barco fue anclado en un muelle a 200 metros de tierra firme, así que tuve que nadar. Puse la cámara y ropa de repuesto en un flotador para niños y lo arrastré.
Era domingo por la noche. No había nadie. Esperé que comenzara el amanecer, y salí. Pensé que em atraparían, pero nadie apareció. Estuve dentro de la nave hasta la tarde.¿Cuál fue tu primera impresión cuando llegaste?
Fue bastante surrealista. Me concentré en sacar las fotografías, ya que pensaba que tendría a lo sumo media hora. Tenía un plano y había identificado un par de puntos que quería retratar. Entré en modo automático. Sólo después de una hora caí en la cuenta de que estaba dentro del Costa Concordia.¿Qué ambiente se respiraba? ¿Daba miedo?
No era aterrador, todo estaba muy tranquilo, pero al mismo tiempo había dolor, se percibía una sensación de pánico. Los pasillos son muy estrechos y los techos bajos. Caminé hasta el vestíbulo y me encontré con maletas, carritos de bebé y sillas de ruedas tirados por todas partes. La gente recogió sus pertenencias y comenzó a correr hacia los botes salvavidas. Pero en algún momento abandonaron todo y solo intentaron escapar. Imagínate, todos los botes salvavidas en la cubierta del barco y 4.000 personas alrededor tratando de salvarse.
Para mí fue importante documentar las huellas visibles del desastre en este momento que todavía son visibles, antes de que desaparezcan. Traté de obtener una autorización oficial, pero me dijeron que no querían, que querían olvidar. Pero pensé que valía la pena. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta.
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Para mí era importante contrarrestar el silencio de la construcción naval. Siempre hay un montón de lujo y de ilusiones en este tipo de cruceros. Al mostrar este otro lado quería demostrar su falsedad, enseñando su opulencia completamente destruida.Las fotografías de Jonathan fueron publicadas por White Press. Para comprar el libro CONCORDIA, haga clic aquí.