FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

El ejército de Estados Unidos abandonó a sus propios soldados caninos en Vietnam

Cuando terminó la Guerra de Vietnam, miles de perros que sirvieron a los estadounidenses quedaron en manos de los vietnamitas; a los demás se les aplicó la eutanasia.

Todas las fotos son cortesía de Rick Claggett

Los últimos años de la Guerra de Vietnam estuvieron llenos de caos y desilusiones. El conflicto entre Estados Unidos y el Vietcong no terminaría de manera oficial hasta la célebre caída de Saigón en 1975, pero en la primavera de 1971 la administración de Nixon empezó a sacar sus tropas del área, con lo que dio inicio al turbio y largo desenlace de una de las guerras menos populares en la historia de Estados Unidos.

Publicidad

A lo largo de esos años, muchos soldados estadounidenses entraron y salieron del conflicto. Algunos volvieron en una pieza, otros en bolsas para cadáveres. Pero hubo un grupo de veteranos estadounidenses que, a pesar de haber servido con valentía y de haber salvado incontables vidas, fue ejecutado o abandonado por el ejército al que sirvió, según afirma el exsoldado del Ejército de Estados Unidos Rick Claggett. Se trata de los Perros Militares de Trabajo de la Guerra de Vietnam, a quienes Claggett describe como el "equipo sobrante" al final de la guerra. A pesar de las súplicas de sus adiestradores, quienes querían llevarse a sus colegas a casa, el Ejército de Estados Unidos decidió abandonar (y probablemente aplicarle la eutanasia) a muchos de estos perros, dejándole el resto a los vietnamitas del sur.

Como muchos hombres jóvenes de su época, Claggett fue reclutado por el Ejército en 1970. Siendo un aficionado a los gatos, la única razón por la que se enlistó en el programa para adiestradores de perros eran los 6 meses extra de entrenamiento en Estados Unidos. Claggett creía que ese tiempo podía ser suficiente para que terminara la guerra. Sin embargo, fue enviado a Vietnam y terminó formando un vínculo cercano con su perro, Big Boy, en el cual piensa todavía.

Posteriormente, Claggett trabajó durante 33 años con la Agencia Nacional de Protección Ambiental y ahora que se ha jubilado vive en Denver, Colorado. Se unió a la Asociación de Adiestradores Caninos de Vietnam, donde dicta conferencias a varios grupos acerca de sus experiencias como adiestrador de perros durante la guerra. Claggett habló con VICE acerca de cómo fue formar una relación personal con su perro, cómo Big Boy le ayudó a lidiar con el estrés de la guerra y por qué nunca olvidará haber tenido que dejarlo en Vietnam.

Publicidad

VICE: ¿Qué rol jugaron los perros en Vietnam y cuáles razas fueron usadas para cuáles tareas?

Rick Claggett: Los labradores fueron usados para un solo trabajo: seguir rastros de sangre. Así que cuando la tropa hacía contacto con el enemigo y algunos soldados resultaban heridos, llamaban a un "Equipo de Labradores", compuesto por los perros y sus adiestradores. Se usaban labradores porque son rastreadores silenciosos. No quieres a un Sabueso o a un Beagle, que tienen un olfato igualmente poderoso pero hacen mucho ruido mientras rastrean. También entrenamos a los Labradores para que nos alertaran sobre una posible emboscada humana o mecánica.

Los Pastores Alemanes hacían todo lo demás, como detectar minas y túneles. Si era uno pequeño lo entrenaban para recorrer túneles, si era un perro agresivo podían usarlo como centinela.

Luego estaban los perros de la "Patrulla Acuática". Eran perros que viajaban en la parte de adelante de las embarcaciones pequeñas en sus recorridos y que podían detectar el olor de una persona nadando bajo el agua a través de un palo hueco, cosa que los humanos no podemos detectar. Estaban los perros antidrogas y los perros exploradores, que era lo que yo tenía en Vietnam. El trabajo de un perro explorador es guiar a una patrulla en el campo. Ellos son los que están entrenados para detectar emboscadas.

Como un adiestrador de perros exploradores eres la primera persona en la patrulla y estás en una situación muy vulnerable. Después de los francotiradores y los pilotos de helicóptero, los adiestradores tenían la tercera tasa de mortalidad más alta.

Publicidad

Si los adiestradores tenían una tasa de mortalidad tan alta, ¿qué tan efectivos eran estos perros a la hora de detectar emboscadas?

Ellos pueden alertarte de una emboscada humana, pero estas ahí al frente y el enemigo sabe que ya ha sido detectado, así que da paso al fuego y mata a los perros y sus adiestradores. Cuatrocientos adiestradores murieron en Vietnam.

He escuchado a algunas personas decir que habría 10.000 nombres más en esa pared en Washington D.C. si no hubiéramos tenido soldados caninos en Vietnam. Ese es un cálculo estimado de vidas salvadas. En cuanto a la mortalidad de los perros, aproximadamente 4.000 canes sirvieron en Vietnam a lo largo de la guerra, y alrededor de 1.000 murieron por el fuego enemigo, minas antipersona, infartos, mordeduras de serpiente, enfermedades, accidentes, vejez… una infinidad de razones. [Nota del editor: Ya que la gran mayoría de muertes de perros en Vietnam no fueron documentadas, VICE no pudo corroborar estas cifras con el Ejército de Estados Unidos, aunque un sargento técnico afirmó que los datos "sonaban acertados". ]

¿Los perros eran vistos como otra herramienta cualquiera, igual que un arma o un radio? Me imagino que tenían que construir un vínculo cercano con el perro para lograr una buena relación laboral.

Tienes que formar un vínculo tremendo con el perro. El mío se llamaba Big Boy y había estado allí durante 4 años. Ya había pasado por varios adiestradores y sabía bien lo que estaba haciendo. Yo era el que estaba 'biche' en la guerra. Pasé dos semanas con él solo para conocernos, construyendo una relación. Tocaba hacerlo así para que él quisiera trabajar contigo y tú quisieras trabajar con él.

Publicidad

Para nosotros, los perros no eran parte del equipamiento. Creo que puedo hablar por el 95% de los adiestradores con los que he conversado desde la guerra y todos han dicho: "Amaba a ese perro". No eran una herramienta como las armas o algo de ese estilo. Era una cosa viviente que respiraba, tenía emociones y jugaba y hacía todo tipo de cosas. Tú simplemente te enamorabas de tu perro, así me pasó a mí con Big Boy.

Tuve la fortuna de que mi perro no solo tenía experiencia, sino que también era muy amigable. Algunos de los adiestradores tenían perros agresivos y no podían pasearlos por ahí como yo lo hacía. Yo llevaba a Big Boy conmigo a casi todas partes. Y ni siquiera necesitaba ponerle una correa, él me seguía por sí mismo. Estaba muy bien adiestrado; cuando yo entraba a un bar a tomarme una cerveza, él se acostaba sobre el suelo a mi lado. Era una sensación maravillosa saber que él te estaba cubriendo la espalda.

¿Había peligro afuera del campo de batalla?

Sí. Había conflictos potenciales con los vietnamitas del sur, y había mucha tensión racial entre los soldados estadounidenses también. Ese fue uno de los aspectos más desafortunados, especialmente para los miembros de la infantería. Estabas ahí en el campo, tu vida estaba en juego y luego querías volver para emborracharte y liberar algo de tensión (algunos usaban drogas) y comenzaban las peleas entre negros y blancos en la retaguardia. Pero te digo una cosa: nadie se metía con los adiestradores de perros porque teníamos a nuestros perros con nosotros todo el tiempo. La gente nos respetaba bastante.

Publicidad

¿Durante cuánto tiempo serviste en Vietnam?

Un poco menos de ocho meses. Normalmente los soldados pasábamos un año completo en servicio, pero a mí me lo acortaron porque nuestra unidad cesó sus actividades y ya no necesitaban más adiestradores. Esto fue en marzo de 1972. Además, yo ya había solicitado la baja para volver a la universidad y hacer un posgrado, así que también me lo acortaron por eso. Lo único negativo fue que no pude traer mi perro a casa.

La tropa ya no lo iba a usar más y en realidad no había ninguna razón contundente para que no nos hubieran permitido llevarnos a los perros. Los hubiéramos comprado con dinero de nuestro bolsillo. Yo era un oficial de bajo rango, así que no ganaba mucho. Pero no hubiera dudado en pagar su vuelo de regreso y traerlo a pasar el resto de su vida conmigo porque solo tenía 7 años, así que podía presumir que le quedaba al menos la mitad de su vida. Fue entregado a los vietnamitas del sur, que no trabajaron con nosotros y no tenían la menor idea de cómo usar a estos perros. Además existían asuntos culturales, por ejemplo el hecho de que los vietnamitas coman perros.

Estamos seguros de que eso fue lo que le sucedió a nuestros perros cuando fueron entregados a los vietnamitas. Eso es lo que nos sigue perturbando hasta hoy. Ellos sacrificaron sus vidas para salvar las nuestras.

¿Cómo era el proceso para traer a tu perro a casa?

Hicimos algunas llamadas mientras estábamos en Vietnam tratando de convencer a la gente, diciéndole: "¡Hey déjennos pagar para que nuestros perros regresen a casa!" El problema era que no teníamos mucho tiempo para negociar esto y no queríamos poner en riesgo nuestro regreso a casa, queríamos estar fuera de ahí en cuanto antes. Y una vez empezamos a presionar para que esto sucediera, alguna gente vino y nos dijo: "Si ustedes siguen jodiendo con esto, van a quedarse en Vietnam". No sé que tan vacía era esa amenaza, pero fue suficiente para que algunos de nosotros desistiéramos.

Publicidad

¿Así que es una política del ejército de Estados Unidos no traer sus perros a casa?

Irónicamente tuvimos unos 40.000 perros que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial y todos los que estaban en buenas condiciones de salud volvieron a casa. En la Guerra de Korea, lo mismo: volvieron a casa.

Había preocupaciones respecto a algunas enfermedades que los perros podrían traer consigo, pero no existe ninguna enfermedad de estas que no pudiera ser tratada. Algunos decían: "¡Esos son perros de guerra! ¿Regresarán a un entorno familiar y atacaran a los niños cuando estos jueguen con ellos?" No. Ellos pueden distinguir entre la guerra y la casa. Alguién en Vietnam decidió que los perros eran equipamiento de sobra y que como tal eran desechables al final de la guerra. Como los helicópteros que arrojaron de los portaaviones en el mar del sur de China.

Entiendo que de los 3 mil perros 'sobrantes' tras el final de la guerra, el gobierno de Estados Unidos les entregó algunos a los vietnamitas del sur y a otros les aplicó la eutanasia. ¿Sabes cuántos fueron entregados y cuántos murieron?

No, nunca supe de estas estadísticas. Supongo fue un 50/50, pero no sé con certeza. He hablado con veterinarios del ejército que estuvieron en Vietnam, quienes dicen que la cosa más difícil que han tenido que hacer en sus vidas es darle la inyección letal a un perro saludable que no hizo nada aparte de intentar salvar nuestras vidas y protegernos.

Publicidad

¿Crees que alguno de los perros que fueron abandonados llegó a un buen hogar?

No. Lo dudo. Tal vez un puñado de ellos fue 'adoptado' por una familia vietnamita, pero eso sería la excepción. Creo que se los comieron. No creo que sintieran afecto por estos perros en los absoluto, aún cuando ellos también estuvieran salvando sus vidas. Había un factor que intimidaba a los vietnamitas y era que estos perros eran muy grandes. Aún cuando los vietnamitas del sur salían al campo con nuestras tropas, se mantenían alejados de nosotros (los adiestradores), ellos no querían tener nada que ver con estos perros.

¿Han cambiado las condiciones laborales de los perros desde Vietnam?

Claro que sí. Cuando estuve entrenando en 1971, nos decían: "¡Estas no son sus mascotas! ¡Ustedes no pueden jugar con estos perros!". Pero esas eran solo palabras porque nosotros sí jugábamos con nuestros perros. No les tirábamos bolas ni cosas por el estilo, ya que cuando estás en el campo de batalla no quieres que tu perro traiga de vuelta una granada que acabas de lanzar. No teníamos juguetes para ellos. Ahora tienen juguetes para masticar y cosas por estilo y cualquiera que haya tenido un perro puede decirte cuánto les gustan este tipo de cosas. Hoy en día, también tienen un receso para jugar.

Y ahora usan vestidos antibalas. Nosotros nunca tuvimos trajes antibalas para nuestros perros, supongo que ellos asumen que la mayoría de ellos no volverían a casa de todas formas, así que si morían pues eso era todo. Ahora les ponen estos vestidos antibalas porque la mayoría de los perros que morían, morían por heridas en el pecho.

Publicidad

Ahora los perros también llevan una cámara en su arnés. De manera que el adiestrador puede enviar al perro dentro de una casa, ver lo que está sucediendo a través de una pantalla y comunicarse con el perro a través de un micrófono y decirle que se dirija a la izquierda, la derecha, hacia adelante u ordenarle que se siente. Los perros son obedientes. Ellos siguen las instrucciones y la cámara se mueve para que el adiestrador pueda ver todo lo que sucede en la casa. Así el adiestrador se mantiene fuera de peligro en caso de que el perro encuentre algo ahí adentro. Es genial.

¿Pensabas mucho en Big Boy cuando volviste a casa?

Sí. Dejar a mi perro allí fue una experiencia traumática para mí. Pero probablemente se vio opacada por la felicidad que me produjo estar lejos de Vietnam, fuera de peligro y no tener que recibir más disparos. Pero sí, me sentí terrible por el destino de ese perro.

Hice algunas llamadas a congresistas, escribí un par de cartas. El problema en Vietnam era que nadie sabía que estos perros se quedaban ahí. Porque la única gente que sabía acerca de esto eran los adiestradores que querían llevarse sus perros de vuelta a casa y no pudieron hacerlo. Muchos tratamos de cambiar eso, pero nada pasó. Fue necesaria otra guerra para que eso cambiara.

El presidente Clinton firmó una ley (en el año 2000) que decía que ningún perro militar sería abandonado en el campo de batalla. Nos gustaría pensar que los adiestradores tuvimos algo que ver en eso y probablemente así haya sido, pero creo que tras la indignación colectiva que se vivió cuando la gente se enteró de lo que sucedió con nuestros perros fue una decisión bastante obvia. En Irak y Afganistán, cuando estos perros envejecen o resultan heridos, no se les aplica la eutanasia. Son ofrecidos en adopción a sus adiestradores. Así debió haber sido en Vietnam.

Follow Josiah Hesse on Twitter.