Collage fotográfico de clubes ilegales caseros
TODAS LAS FOTOS CORTESÍA DE LOS ENTREVISTADOS. COLLAGE: BERT DE VRIESE
Salud

Hablamos con gente que ha montado un club ilegal en su casa

“La fiesta es mi válvula de escape y no puedo vivir sin ella”.

Artículo publicado originalmente por VICE en francés.

En muchos países, los clubes físicos son ahora un dulce recuerdo del pasado y “quedar” con un grupo grande de amigos significa sucumbir a las caóticas fiestas audiovisuales de Zoom. Para evitar las fiestas ilegales, los gobiernos recurren a sanciones y, por ejemplo, en España puedes recibir una multa de hasta 600.000 euros.

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Sin embargo, a pesar de las terribles represalias y el riesgo potencial de infectar a otras personas e incluso provocar su muerte, algunos fiesteros no se dan por vencidos. Es el caso de Jan*, Piet* y Korneel*, tres belgas que decidieron construir sus propios clubes totalmente insonorizados en sus casas porque, según dicen, no podían vivir sin salir de fiesta. Todo esto en un país que tiene una de las cifras más altas de muertes por coronavirus en el mundo y unas restricciones que prohíben el contacto con más de una persona.

Jan, 34 años: organiza fiestas en un sótano de 30 metros cuadrados

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EL SÓTANO DE JAN EN PLENA ACCIÓN

Aparco el coche en frente de una casa en una zona residencial. Desde afuera, no hay nada que indique que hay una cueva completamente insonorizada llena de gente debajo de la casa. Jan dice que organiza fiestas ilegales para liberar estrés y, según asegura, “mantener la cordura”.

VICE: ¿Cuándo se te ocurrió la idea de montar un club en tu casa?
Jan:
Mis amigos y yo solíamos organizar fiestas en el sótano de mi casa tres o cuatro veces al año antes de la pandemia. Pero todo empezó con los primeros brotes del coronavirus. Comenzamos a organizar cada vez más raves.

¿Cómo construiste el sótano?
La masa es el mejor aislante y el sótano es completamente subterráneo, así que no tuve que hacer demasiado para insonorizarlo. Instalé un sistema de ventilación equipado con plomo para evitar que el ruido salga al exterior. El sótano sería incluso resistente a la radiación si usara carbón activado en los conductos de ventilación.

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¿Cómo lo decoraste?
El sótano ya tenía un ambiente un poco oscuro, así que no necesitaba mucho más excepto algunos refrigeradores y un sistema de sonido semiprofesional. Instalé unas luces de discoteca para crear un ambiente de club, además de una lámpara que se enciende cuando alguien llama al timbre. Si lo sumo todo, probablemente me gasté 500 euros.

Organizar fiestas puede tener consecuencias serias en este momento, como multas y acciones judiciales. ¿No te da miedo?
Intento tener cuidado. Nadie aparca el coche enfrente de mi casa y la gente llega a horas diferentes. Tampoco tenemos multitudes de personas todos los fines de semana y solo invito a la gente en la que confío. Me he dado cuenta de que no hace falta tener grupos grandes para pasarlo bien.

¿De verdad no puedes vivir sin estar de fiesta?
Creo que no y mis amigos tampoco podrían. Necesitamos festejar para estar felices. Durante el primer confinamiento, muchos amigos míos tenían problemas de salud mental, especialmente aquellos que vivían solos o estaban solteros. Por eso decidí arriesgarme.

Piet, 39 años: organiza raves en su cabaña

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PIET Y SU AMIGO PRODUCIENDO MÚSICA

Aparco cerca de una carretera concurrida para ir a ver a Piet. Es un padre de dos hijos trabajador que siente la necesidad de liberar estrés los fines de semana. Cuando llego a su casa, la rave está acabando. Me encuentro con él en el jardín, en una cabaña que ha convertido en un club.

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VICE: ¿Cuánto tiempo hace que convertiste la cabaña en un club?
Piet:
Compré los altavoces, la mesa de mezclas y los tocadiscos hace un año porque quería producir música con un amigo mío. En marzo, decidí llevar todo el equipo a la cabaña e instalé algunas luces. Hemos organizado unos seis o siete eventos desde entonces.

¿A cuánta gente invitas?
Normalmente, hay unas 12 o 14 personas. Es un espacio de 56 metros cuadrados, así que podrían caber más, pero solo invito a mis mejores amigos. Vienen durante el día, pasamos el rato, comemos algo y al final acabamos festejando.

¿No te preocupa que te descubran?
No, la verdad es que no. Las puertas se cierran en cuanto la música comienza y las paredes están insonorizadas para evitar que el sonido se escape. Es imposible ver nada desde el exterior porque las ventanas están cubiertas.

¿Por qué no puedes aceptar las normas del confinamiento?
La fiesta es mi válvula de escape y no puedo vivir sin ella. Como no hay eventos sociales que me den energía, me vuelvo una persona estresada, quemada y molesta.

Korneel, 35 años: montó un club secreto en un cobertizo

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LA DISCOTECA SECRETA DE KORNEEL EN SU LUGAR DE TRABAJO

Voy conduciendo por una zona industrial que no parece el lugar más normal para una fiesta. Una carretera estrecha me lleva hasta una casa con un cobertizo grande escondido detrás de una pared falsa. Es ahí, en su lugar de trabajo, donde Korneel, un artesano autónomo, ha montado su propio club.

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VICE: ¿Cómo conseguiste insonorizar el lugar?
Korneel:
El espacio está construido con marcos dobles de madera. Junté el contrachapado con dos capas de lana mineral aislante y dejé un espacio entre las dos capas para minimizar la transferencia de sonido. Funcionó muy bien: solo puedes escuchar los bajos levemente desde fuera. En las primeras pruebas, el sonido era muy fuerte, así que revestí las paredes y el techo con cartones de huevo.

¿Cuánto tiempo tardaste en acabar el proyecto y cuánto te costó?
En total, trabajé unos cinco días y me costó alrededor de 3.000 euros.

¿Qué es lo que más te gusta de tu club casero?
No hay ventanas, así que puedes entrar de lleno en el ambiente a cualquier hora del día. Se ve lo mucho que la gente echa de menos bailar y las ganas que tiene de una buena fiesta.

¿Te cuesta decidir a quién invitar?
No es fácil cuando no puedes invitar a todos tus amigos a la fiesta, pero intento tener cuidado. Es absurdo lo común que se han vuelto las acusaciones entre vecinos. Me temo que va a pasar mucho tiempo hasta que pueda organizar fiestas con grupos grandes.

*Se han cambiado los nombres para proteger las identidades.