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Cultură

Este tipo estaba tan ebrio que olvidó haber vendido su carro

Despertó con problemas más graves que el guayabo.
Foto vía Judy van der Velden .

Este artículo fue publicado originalmente en Munchies, nuestra plataforma dedicada a la comida.

Casi todos hemos experimentado ese pánico helado al despertar con una laguna mental después de la borrachera de la noche anterior. Ya sabes, ese momento borroso pasando las 3:00AM, cuando no puedes recordar cómo llegaste a casa o por qué pensaste que era buena idea mandarle mensajes a tu ex. Mientras buscas pistas para hacer un recuento de la noche, encuentras un camino de salsa seca en tu mejilla y restos de papitas entre la ropa. Cualquier cosa sirve para reconstruir la noche.

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Pero cuando un hombre en Nueva Zelanda trató de realizar este ejercicio después de una buena rasca al no encontrar su propio carro, rápidamente asumió que alguien lo había robado mientras estaba intoxicado.


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Según el New Zealand Herald, un hombre anónimo denunció un vehículo robado a la policía local en la ciudad de Rotorua después de que despertó y no encontró su auto. Pero ¿qué fue lo que pasó? El tipo había vendido su carro la noche anterior por 800 dólares de Nueva Zelanda (alrededor de $580 dólares estadounidenses), para poder comprar más alcohol. Todos hemos pasado por eso, amigo. Sin embargo, casi siempre estamos sobrios e intentamos vender ropa de segunda mano para poder pagarnos los excesos del fin de semana.

La historia salió a la luz cuando el comprador del carro recibió una notificación a través del sitio web CarJam donde decía que el auto comprado había sido reportado como robado. El comprador acudió a la policía, que a su vez se puso en contacto con el vendedor involuntario para completar los espacios en blanco de la noche anterior. El sargento Dennis Murphy, del departamento de policía de Rotorua, le dijo al New Zealand Herald: "El hombre llegó a la estación con el carro para informarnos lo que había sucedido. Pudimos ponernos en contacto con el propietario original y les aconsejamos que lo arreglaran entre ellos".

Murphy añadió: "La moraleja sería: no tomen y vendan carros al mismo tiempo, chicos".

Parece un buen consejo.