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“Tengo que cobrarle a la gente según su cara. Nunca me pasó una cosa así”

En Argentina no funcionó el transporte público durante la jornada laboral del día de ayer, sin embargo hubo gente que no podía faltar a su puesto de trabajo
Fotos por Paloma Navarro Nicoletti

Artículo publicado por VICE Argentina

Durante el día de ayer se convocó al cuarto paro general del gobierno de Mauricio Macri, convocado por la central obrera Confederación General de Trabajo (CGT) que agrupa a los principales gremios del país. La Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y el gremio de camioneros, liderado por Hugo Moyano, se sumaron a una convocatoria masiva que provocó un vacío en la Capital Federal.

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El presidente argentino negociaba con el FMI en EEUU, el presidente del Banco Central, Luis Caputo, presentó su renuncia a las 10 am aproximadamente, mientras tanto la ciudad estaba vacía, o casi vacía de colectivos, subtes y gente. La izquierda bloqueó el Puente Pueyrredón; los universitarios cortaron la Avenida 9 de Julio y otros trabajadores cortaron Panamericana y Ruta 197.

Un paro previsto hizo que muchos argentinos y argentinas decidieran por voluntad propia adherirse al paro general y no ir a trabajar, otros no estuvieron de acuerdo y fueron a sus respectivos trabajos. En el fondo de la cuestión estaban las personas que no dependen del transporte y decidieron ir a pie, otras a las que les pagaron taxis y gente que no podía resignar el salario del día a pesar de su ideología política.

VICE habló con aquellos que, en el medio de una crisis económica y paro de transporte, tuvo que cumplir con su horario laboral:

Ricardo, 47 años, camarero

A mí me dijeron que teníamos que abrir y abrimos. Vivo a 12 cuadras y vine caminando, el otro chico que trabaja por la tarde también vive cerca y vendrá caminando. Nuestros jefes saben que no tenemos excusa para no trabajar hoy, saben que no usamos transporte. Me imagino que haremos horario normal.

Personalmente estoy de acuerdo con el paro, la situación del país no da para más, pero no puedo no trabajar, hace más de 15 años que trabajo en este bar y tampoco me dieron opción de faltar a mis horas.

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Marcos, 30 años, administrativo

No tuve la opción de hacer paro, a los que vivíamos a menos de una cantidad de kilómetros nos obligaron a venir, el resto no, mis jefes sabían que vivía cerca entonces no me dieron opción y vine caminando. Hace un año y medio que trabajo acá. No creo que haya mucho trabajo en el día de hoy, estamos abriendo un local de carga virtual que funciona para una tarjeta de transporte y hoy justamente el transporte no puede usarse.

Por las dudas nos pusieron un policía en la puerta, no sabemos si habrá manifestación, si nos vamos antes, si nos pagan cómo cualquier día, si les descuentan a mis compañeros, no nos informaron nada, solo nos obligaron a venir y cumplir con nuestro trabajo. Acá no importa si estás de acuerdo o no, a mí personalmente me da igual.

Marcos dentro de su puesto de recarga virtual

Carlos, 56 años, farmacéutico

Yo quiero trabajar, muchos no vienen porque no tienen cómo viajar. Vivo a 20 cuadras y me vine en taxi, el taxi me lo pagó el encargado. No creo que la farmacia abra todo el día, pero eso me lo dirá el encargado a último momento. La gente viene igual, las personas se siguen enfermando. A pesar de que no funcionó el transporte mucha gente se movilizó por medios propios, desde las 6 am hasta las 9 am por Avenida Entre Ríos conté 100 coches por cada corte de semáforo, es decir, 10 mil por hora. Está claro que muchos salieron a trabajar aunque no había colectivos ni subtes.

Carlos dentro de la farmacia sobre Av. Entre Ríos

Marta, 53 años, dueña de la santería

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Estoy abriendo recién ahora, vine porque vivo a cuatro cuadras ¿para qué me iba a quedar en mi casa? yo tengo que pagar el alquiler del local. La santería la atendiendo yo, pero el local no es mío, el alquiler lo pago si o si todos los meses. ¿Tenía sentido que me quede en mi casa? no, tengo que ver si vendo aunque sea algo para pagar todo lo que tengo que pagar.

Por supuesto que estoy de acuerdo con el paro de hoy. Todo me afecta, me obligan a hacer cosas que no quiero hacer, no sé el precio de mi mercadería, hasta la gente me ve dudar el precio que digo, es muy feo, no difícil, es feo. Hace 20 años que alquilo este local, y nunca viví una cosa así, pensé que iba a haber un cambio y otra vez me estafaron.

En el baño del local tengo solo un inodoro y me llega una factura de 1600 pesos de agua y 1400 de luz, aparte el alquiler, ¿cómo hago? ¿cierro hoy? no puedo, no llego a pagar todo.

Marta dentro de su santería en el barrio de Congreso

Andrea, 24 años, kiosquera

Yo soy de Venezuela, entiendo el paro y la protesta, lo que no entiendo es la idea que falte lo básico, yo siento que la gente necesita de ciertas cosas. Me desespera pensar que hoy puedo tener hambre y no tener dónde comprar mi comida. Mi idea es salir adelante, ver que pasa y estar tranquila. Argentina tiene muchos quilombos, después de escaparme de mis problemas quiero trabajar. Mis jefes me dieron la opción y decidí venir, vino gente a cargar el celular por carga virtual y creo que los salvé. Hoy se siente mucho lo que está cerrado, tuve que anticiparme y salir a comprar ayer ciertas cosas que sabia que hoy no podría conseguir.

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Andrea antendiendo un kiosco en la zona de Tribunales

Pedro, 48 años, trabajador independiente

Hago de todo, arreglo cañerías, hago de fletero los fines de semana y soy gasista —aunque no tengo la matricula—, hoy me tocó hacer una instalación eléctrica en un local. Es dinero que pierdo si no trabajo. Entiendo de todas maneras que yo puedo hacerlo porque tengo mi auto, lo puedo buscar a mi compañero y listo. La verdad es que estoy de acuerdo con el paro, estoy de acuerdo con que está todo mal, creo que nunca me especialicé en tantas cosas distintas en los últimos meses para sobrevivir —ríe Pedro— pero no puedo dejar de trabajar un día.

Pedro con su compañero colocando un cartel de un nuevo local en el barrio de Belgrano

Juan, 27 años, encargado de la librería

Hoy venimos los que vivimos cerca. Yo vivo a 20 cuadras y me vine caminando. De todas maneras mi jefe me daba la opción de faltar si quería, era optativo, yo no estoy de acuerdo con el paro entonces decidí venir a trabajar, me gusta cumplir con mi trabajo en la librería.

Hace ocho años que trabajo acá, fue mi primer trabajo y ya me quedé. Hoy no creo que vendamos mucho, si las oficinas de alrededor están cerradas no creo que haya mucha venta de artículos de librería, lo más probable es que venga mi jefe en un rato y cerremos caja.

Juan dentro de la librería

Facundo, 20 años, empleado de una ferretería

Me trajeron así que no tenía otra opción, vivo en Belgrano pero no podía decir nada. Igual cerramos al medio día, por las dudas; ya nos vinieron a decir varias veces que cerremos el local en días de movilización porque nos pueden romper los vidrios, robar, etc.

Este trabajo me sirve para pagarme lo básico, la universidad, por ahora estoy haciendo el CBC para entrar en psicología. Me hubiese encantado tener este día libre pero no me dieron opción, aunque la verdad no tenga una posición tomada hubiese preferido no venir a trabajar hoy.

Facundo dentro de la ferretería en la esquina de callao y lavalle

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