Por qué la soledad le afecta a tantos jóvenes

FYI.

This story is over 5 years old.

soledad

Por qué la soledad le afecta a tantos jóvenes

Se supone que cuando estamos jóvenes no deberíamos sentirnos solos, pero la verdad es que la soledad es más preocupante para la gente joven que para cualquier otro grupo de otra edad.

(Ilustración de: Glenn August)

En 2010, la Fundación de Salud Mental encontró que la soledad era una gran preocupación para los jóvenes de entre 18 y 34 años que para la gente mayor. El año pasado, el censo británico de VICELAND reveló que el 42 por ciento de los encuestados dicen que su mayor miedo es terminar solos.

Tendemos a pensar que la soledad es algo que sucede cuando envejecemos. Cuando se muere tu pareja, cuando los mandados se hacen a las 8:45 am y tus días son interrumpidos no por las conversaciones sino por los comerciales de la tele. Cuando el tiempo pierde importancia. La soledad es la parte de envejecer que nos asusta.

Publicidad

Cuando eres pequeño, la soledad es un concepto abstracto. Los cerebros jóvenes luchan contra el pensamiento abstracto. Recuerdo que una vez me senté en la parte de atrás del Volvo de mi padre mientras cantaba "Eleanor Rigby", esa extraña, meditación funeraria sobre el aislamiento humano. Por esa canción me pusieron Eleanor.

"All the lonely people / Where do they all belong?"

No sabía de que se trataba la canción. A los seis años mi concepto de soledad se podría reducir a la frase: "Nadie va a jugar conmigo".

Sin embargo, ya me tocaría conocer la topografía de la soledad. Lo grande que se siente una cama doble cuando la compartiste por cinco años y el amor no fue suficiente. Que vivir sola por primera vez es estar luchando constantemente contra la desesperación. Ya me tocaría decir la frase asquerosa "estoy sola". Porque cuando eres técnicamente "joven" se supone que no deberías sentirte solo, ¿no?

La soledad entre los ancianos está mejorando poco a poco ya que las organizaciones benéficas como Age UK se encargan de volver a relacionar a las personas mayores con el mundo. Pero ¿qué pasa con el resto de nosotros? Según yo tenemos que ver más a nuestro alrededor.

"La soledad al igual que una epidemia está inextricablemente ligada al estado de la sociedad en un momento dado", dice la Dra. Jay Watts, una psicóloga clínica que regularmente escribe para la prensa nacional. "La agenda neoliberal, común en todos los gobiernos desde Thatcher, ha propagado el individualismo junto con los ataques a cualquier cosa que tome las relaciones superficiales en serio". Estas relaciones superficiales como el médico general que nos conoce desde hace años, la maestra que tiene tiempo de conocernos como individuos, son, dice ella, "sacrificadas al dios de la eficiencia y el rendimiento".

Publicidad

El énfasis en la importancia del "yo" está en la raíz de nuestra angustia.

La importancia concedida a la autosuficiencia en nuestra sociedad es inmensa. "En todas partes, se nos dice que prosperaremos a través del interés propio, de la competencia y del individualismo extremo", argumentó George Monbiot el año pasado. Él cree que el neoliberalismo ha creado la soledad, y es difícil no estar de acuerdo.

La generación Y está atrapada en contratos de alquiler inseguros, a menudo con extraños. Es horrible. "Los millennials muchas veces se ven obligados a moverse bajo la tiranía de los caseros que no tienen interés de reconocer que el establecimiento de vínculos con la comunidad local fomenta las relaciones sociales cotidianas que hacen toda la diferencia a nuestro sentido de pertenencia y por lo tanto resultan en nuestro sentimiento de soledad", dice Watts . No podemos comprar casas o tener hijos y, si no estamos desempleados, estamos en un mercado de trabajo que está manipulado en contra de nosotros y nos pagará mucho menos que a nuestros predecesores. ¿El resultado? Un estado perpetuo de adolescencia. Muchos a los treinta, se ven obligados a regresar con sus padres. La sociedad nos obliga a impulsarnos por la autosuficiencia, pero esa misma sociedad en la que hemos evolucionado nos retiene. Nos separa unos de otros. Nos olvidamos de cómo hacer amigos, pero hay aplicaciones para eso. Si necesitamos un abrazo, podemos pagarle a un extraño para que nos dé uno.

Publicidad

Sin embargo, el dinero es una gran barrera. A menos que tengas un trabajo razonablemente bien pagado, tu familia tenga dinero o tengas una pareja rica, puede ser una existencia difícil. Es fácil ver por donde entra la soledad. Si te haces mamá o papá, las apuestas son aún mayores. Las imágenes consumistas con las que nos critican nos dicen que tener un bebé es hermoso, risas y felicidad. La realidad muchas veces es desordenada, frustrante e increíblemente solitaria, vivir en la sala de alguien, con este pequeño ser humano al que le quieres dar lo mejor. Sobre todo si eres soltero o soltera.

El énfasis en la importancia del "yo" está en la raíz de nuestra angustia. Investigaciones han demostrado que la soledad nos lastima a nivel celular. Muchos tipos de psicología coinciden en que nacemos con cierta predisposición biológica a formar apegos. El contacto social puede reducir el dolor físico, pero el dolor social también cumple una función evolutiva al hacernos buscar la conexión. La supervivencia entre los mamíferos sociales depende de tener fuertes lazos dentro de la manada. Estar aislado, hace que el animal se refleje en los ojos de su depredador.

A pesar de que va en contra de cómo estamos conectados como una especie, parece vergonzoso admitir que no nos gusta estar solos. Especialmente si somos jóvenes y se supone que deberíamos estar "afuera". Pero si nos sumamos a la creencia de Sartre de que la soledad es una parte fundamental de la condición humana entonces al estar tan obsesionados con el individualismo, ¿estamos ignorando un aspecto central de lo que significa ser humano?

Publicidad

El sociólogo Robert S Weiss identificó seis necesidades sociales que contribuyen a los sentimientos de soledad cuando no se cumplen: apego, integración social, nutrición, seguridad de valor, sentido de alianza confiable y orientación en situaciones estresantes. Weiss fue influenciado por la teoría del apego y el trabajo seminal del psicólogo John Bowlby a finales de los años cincuenta. Bowlby creía que el apego caracteriza la experiencia humana desde "la cuna hasta la tumba". Los apegos que tenemos cuando somos niños, forman lo que somos cuando crecemos. Si no compartimos las cargas de la vida, la soledad es inevitable. Hemos construido muchas estigmas en torno a reconocer abiertamente esto.

Los estigmas dan pie a la soledad. Aunque no es un problema de salud mental en sí, sabemos que la depresión y la ansiedad aumenta nuestras posibilidades de sentirnos solos, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en la salud mental. Sabemos que la autodestrucción es el asesino más grande de los jóvenes, y que la soledad juega un papel importante en una persona que utiliza su cuerpo para comunicar dolor emocional. El estigma impide que la gente hable de angustia mental, muchas veces con consecuencias fatales.

Es fácil culpar a las redes sociales por la epidemia de soledad en los jóvenes. Podemos reinventarnos una y otra vez, promoviendo hologramas que no reflejan la realidad que vivimos en nuestra soledad. La generación Y ha crecido con el Internet como parte de la vida cotidiana, pero no sabemos lo suficiente sobre cómo afecta nuestra salud mental. No se sabe todavía. La revolución digital significa que los que están solos pueden conectarse entre sí con un grado de anonimato. Para aquellos que sufren problemas de salud mental, puede ser un primer paso para buscar ayuda. Cuando estaba escribiendo un libro sobre la ansiedad, me presentaron los foros de internet de fútbol y cómo de manera anónima los hombres se sentían capaces de hablar de su depresión con otros hombres de ideas afines. Se animaron mutuamente a buscar apoyo en el mundo exterior.

Publicidad

Watts argumenta que las redes sociales también significan que "cada vez es más difícil tolerar el compromiso y la frustración de las relaciones cotidianas a largo plazo, lo que nos puede dejar a la deriva, fuera de la estabilidad que nos dan los lazos sociales". Este desplazamiento, dice, es exagerado ya que cambia los patrones de citas. Tinder. "La facilidad de darle a la izquierda, la idea de no tener que comprometernos, hace que estas relaciones sean cada vez más inseguras." Claro que lo hace. ¿Cuándo ha sido feo admitir que quisieras a alguien que te sea fiel?

Ser pareja de alguien pocas veces significa escuchar los sermones de que "necesitamos aprender a estar solos", sobre todo si acabamos de terminar con alguien. Buscar compañía cuando se supone que deberíamos estar "buscando al bueno" está mal visto. La gente soltera que conozco no disfruta de estas reglas. Una de mis amigas me dijo que hace mucho ejercicio para cansarse mucho y que se le olvide que está sola. Me identifiqué.

"Cuando vivimos con alguien pero no necesariamente estamos involucrados románticamente, es posible sentirnos profundamente solos, incluso cuando tu casa está llena de gente y sales todo el tiempo", dice Rachel, de 28 años, que trabaja en Publicidad en Londres. "Acostarte con gente que no amas puede hacerte sentir sola", continúa Rachel. "Admitir que estás sola siendo una mujer soltera es especialmente perjudicial. Las aplicaciones para ligar son desoladoras. Nadie quiere parecer una vieja desesperada, así que fingimos que no estamos solas".

El estigma de la soledad está tan desarrollado que nos mentimos el uno al otro. Pero como he aprendido recientemente, decir "estoy solo" tiene un efecto dominó. Otros comienzan a decirlo, también. El éxito de un programa como Fleabag es, sin duda, gracias a la descarada exploración de la soledad y la ira de una mujer soltera. "Odio estar sola", dice Rachel, advirtiéndome que no usara su verdadero nombre.

¿Entonces qué hacemos? Monbiot dice que abordar la soledad requeriría "la reevaluación de una visión completa del mundo". Pero tiene razón cuando dice que, de todas las fantasías que tienen los seres humanos, "la idea de que podemos andar solos es la más absurda y quizás la más peligrosa".

Nuestra visión del mundo no va a cambiar de la noche a la mañana. Posiblemente no en una generación. Así que tenemos que pensar en cosas pequeñas como lo cotidiano. Verbalizar nuestra propia soledad, estar conscientes de las circunstancias ajenas y de cómo se cultiva la soledad. Rompiendo con nuestra incomodidad y llamando a la gente que sabemos que quiere oír de nosotros. En la raíz de nuestra soledad está lo que Watts llama "el impulso fundamental perdido", es decir, pertenecer a una comunidad que se preocupa por nosotros. Eso es lo que necesitamos recordar.

@eleanormorgan