FYI.

This story is over 5 years old.

vivienda

Esta persona consigue pisos para okupas en España a cambio de dinero

Se autodefine como el Robin Hood de la vivienda: ordena cambiar el cerrojo de pisos vacíos para luego sacar tajada de ellos.
Piso okupado

No quiere decirnos su nombre, tampoco su apodo porque en Ceuta, donde actualmente reside, es archiconocido por su mote. Se dedica a vender pisos para ocupar por toda España: detecta cuando un piso está vacío, le cambia el cerrojo y luego lo vende a través de internet. Cuando le pregunto cómo se vive siendo “agente inmobiliario de okupas” me contesta que de lujo. Se autodefine como el Robin Hood de la vivienda: “Robo a los ricos para dar un hogar a los que lo necesitan, pero soy buena persona”, nos asegura.

Publicidad

“No hago daño a nadie, pero hay que entender que a mí me cuesta un trabajo conseguirles un piso” — Robin

Robin*, que es como quiere que le llamemos, hace varios meses que ha puesto en marcha su “negocio” junto con su hermano y su primo, y ya ha vendido varias propiedades. En internet podemos encontrar anuncios de las viviendas que ofrece por un precio inicial de 120.000 euros. “Eso es lo que pongo en el anuncio, pero luego la gente regatea bastante”, explica.

Se calcula que en España más de 90.000 pisos ocupados de forma ilegal, el 80% de ellos pertenecen a entidades bancarias, por lo que el proceso de desalojo en caso de ocupación es en muchos casos más lento. Aunque la mayoría se encuentren en Barcelona o en Madrid, la problemática afecta a todo el territorio español.Robin tiene colaboradores desplegados por la península y les paga 300 euros la hora. Asegura que para encontrar un piso vacío, echar a alguien y derribar una puerta a patadas normalmente son unas tres horas de trabajo, por lo que los “agentes inmobiliarios” cobran unos 900 euros por intervención. Una vez okupado el piso en cuestión los mismos “agentes” meten a gente de confianza dentro hasta que no es vendido.

Son esos “agentes” los que también se encargan de cambiar la puerta y de que nadie más entre en el hogar a parte de esos "preokupas". “La puerta es de las de seguridad, de madera maciza y con tres cerrojos, especifica Robin, esto a mí me cuesta unos 900 euros que tengo que avanzar”, explica. “Ni mi familia ni yo necesitamos viajar, porque desde Ceuta lo planeamos todo con la ayuda de nuestros contactos”. Robin explica que en el momento que venden el piso, estas personas que habían ocupado la vivienda hasta la llegada del nuevo “propietario” se marchan voluntariamente.

Publicidad

MIRA:


“Es un proceso lento y no siempre sale bien. Hay que tener la certeza de que el piso está totalmente vacío en el momento de entrar en él para que no haya problemas”, explica Robin. Además asegura que cada vez hay más gente que se dedica a buscar este tipo de inmuebles, porque cada vez hay más gente que lo necesita.

Dice que la mayoría de sus clientes son familias necesitadas de origen muy variado. “Me han contactado muchas personas de origen español, pero también magrebíes, familias sin trabajo y con niños pequeños. Normalmente me pagan todo de golpe, les piden el dinero a familiares y amigos para poderme pagar”, explica. “También hay gente que me paga en tres plazos porque veo que realmente no tiene tanto dinero”.

Cuando le pregunto qué pasa si no pagan se ríe, y me dice que su gente ya se encarga de que quieran pagar. “No hago daño a nadie, pero hay que entender que a mí me cuesta un trabajo conseguirles un piso”, sentencia.

"Estoy buscando un piso para ocupar y si no puedo pagarlo yo solo intentaré hacerlo con otras familias en mi misma situación” — Andrés

En la otra cara de la moneda se encuentran personas como Andrés*, que buscan desesperadamente un piso propiedad de un banco para poder alojarse allí con su familia durante un tiempo hasta que se pueda recuperar económicamente. “Actualmente me encuentro cobrando el subsidio de paro, tengo una familia que mantener y no tengo hogar. Pagar para ocupar un piso es la única alternativa que me queda. He pedido ayuda de todo tipo y no he recibido nada todavía. Estoy buscando un piso para ocupar y si no puedo pagarlo yo solo intentaré hacerlo con otras familias en mi misma situación”.

Publicidad

Es por ello que Andrés, en cuanto tenga esa capacidad económica, pagará a Robin la cantidad de dinero estipulada dependiendo de las características del inmueble (ya sean 5.000, 10.000 o 15.000 euros) para poder disfrutar de una vivienda, y todo con un contrato firmado como si fuera perfectamente legal. Pero no lo es. Lo que recibirá a cambio es un techo bajo el que vivir y la garantía de que si paga tendrá el piso, al menos durante un tiempo, aunque nadie sabrá exactamente cuánto.

Pero ¿por qué se firma un contrato con alguien que no es el propietario? Según Óscar Vaello, abogado de Edesahucios, este documento no tiene validez alguna pero sí que puede representar una demora en todo el proceso burocrático: “En el caso de que el piso sea propiedad de un banco y este haya notificado ante un juez que en él residen okupas, si los okupas dicen que tienen un contrato de compra-venta, entre que pasa por las manos del secretario judicial, es revisado, se pide una nota del registro para confirmar quién es el propietario, pueden pasar días o meses que se van ganando y se va alargando el desahucio”, explica.

La demora media en España desde que un propietario denuncia que un inquilino no está pagando hasta que se hace pública una sentencia que hace efectivo el desalojo del inmueble es de 347 días, aunque depende de las provincias. Por lo que Andrés sabe que a malas estará pagando a Robin un poco menos de lo que cuesta un alquiler en una ciudad como Barcelona o Madrid. “Lo hago porque no me queda más remedio”, explica. De esta forma Andrés se asegura hogar para quizás un año o más.

Publicidad

"Mientras que la ley no cambie estas situaciones irán proliferando, habrá casas vacías, gente sin casa que las ocupe y gente que ganará dinero con la desesperación humana"

Con la ley en la mano, y si han pasado más de 48 horas de la okupación y se ha cambiado el cerrojo, la policía no puede entrar en el domicilio sin realizar un allanamiento de morada, por lo que se requiere una orden judicial de desalojo.

Para obtenerla es necesario presentar una demanda civil de desahucio, por lo que anteriormente el banco propietario de la vivienda ha tenido que darse cuenta de que en la morada hay okupas. Esto se hace en un procedimiento presencial por lo que una persona trabajadora del banco se dedica a pasar por cada propiedad. Sí, una por una. Un proceso que sin lugar a dudas es largo y burocrático. Mientras que la ley no cambie estas situaciones irán proliferando, habrá casas vacías, gente sin casa que las ocupe y gente que ganará dinero con la desesperación humana.

Sigue a Alba en @AlbaCarreres.

Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.